Fue hasta el año de 1820, cuando Santiago Tequixquiac se convierte en cabecera o sede administrativa del municipio homónimo.
Durante el periodo pre-clásico, hubo actividad humana minera en la región para llevar materiales pétreos hacia la pujante ciudad de Teotihuacán, y posteriormente hacia la ciudad de Tula-Xicocotitlán.
El pueblo de Santiago Tequixquiac se mantuvo con baja población porque los colonos españoles no querían que se fundara una ciudad en este lugar, siempre se mantuvo dispersa la población indígena y no se congregaron en villas; los españoles peninsulares construyeron fincas, haciendas y rancherías, donde negaron la introducción de esclavos negros porque sometieron a los otomíes a una esclavitud brutal, para la extracción de canteras de piedra, agricultura y ganadería, razón por la que tuvo que intervenir el clero para evitar problemas entre los españoles y los indígenas.
En 1833 hubo una epidemia que estaba matando a los habitantes del pueblo, la mortandad se había esparcido por toda la región, se decía que en el pueblo de Apaxco había un cristo milagroso que curaba enfermedades, el cristo fue traído en peregrinación hasta la cabecera municipal y recibido por el padre Ávalos, el cristo fue llevado por todas las calles en oración y fue colocado en una capilla en la parroquia para que los creyentes acudieran a la devoción del cristo milagroso.
Se impulsó el deporte, la educación básica y los festejos populares como ferias patronales para el entretenimiento de la gente del pueblo.
La lucha agraria por el suelo agrícola y comunal se desarrolló en el ejido de Santiago Tequixquiac ante la especulación inmobiliaria, los ejidatarios rechazaron todo tipo fraccionamiento inmobiliario demandando a sus propias autoridades municipales y a empresas coludidas con el gobierno estatal de Arturo Montiel Rojas como Wilk SA.
El pueblo de Tequixquiac, es la cabecera municipal y la localidad más urbanizada del municipio.
El pueblo de Tequixquiac se divide en barrios y a su vez, en colonias o asentamientos humanos.
El barrio de San José, antiguamente se llamaba Taxdho, en lengua otomí; su origen etimológico significa; «palo seco», el nombre del barrio proviene por la advocación a San José.
El barrio destaca taambién por su feria anual en honor a San Mateo Apóstol, uno de los eventos populares más importantes del municipio.
Algunos taxis operan desde San Mateo y otros más en algunas calles de la Zona Centro desde donde parten a distintas colonias como colectivos.
Así también, en esta población se celebran eventos deportivos de talla internacional como La Vuelta Sacra.
Mestizos (84 %) Eurodescendiente (10 %) Indígena (4 %) Afrodescendiente (0,3 %) Sin datos (2 %) La mayor parte de la población se concentra en la cabecera municipal.
Cristiano católico (80 %) Ateo (15,5 %) Cristiano protestante (3,5 %) otras (1 %) En el pueblo de Tequixquiac se practica principalmente el cristianismo, la iglesia católica es está conformada por el 80 % de los habitantes, existe un gran arraigo a las creencias católicas debido a su historia, desde la evangelización de los primeros franciscanos en 1543 al día de hoy, la segunda convicción ideológica es el ateísmo o las personas sin prácticas religiosas conformado por el 15 %, las iglesias evangélicas, metodistas, adventistas e iglesias cristianas neo-pentecostales son el tercer grupo religioso.
[18] El culto al judaísmo llegó con los judeoconversos o marranos que se establecieron la región durante el periodo virreinal, diversas costumbres judaicas se fueron mezclando con el catolicismo dentro del seno familiar, debido a la vigilancia del Santo Oficio.
[19] El idioma más hablado en el pueblo Tequixquiac es el español o castellano, comprendido por el 99 % de la población total, la variante del castellano de este lugar muestra una fuerte presencia arcaísmos que trajeron los colonos españoles y portugueses en el periodo virreinal con algunas palabras otomíes y nahuas, en las personas de mayor edad es más evidente.
[21] La iglesia de Santiago Tequixquiac pasó a ser parroquia en 1590 ya que antes era vicaría fundada por los frailes franciscanos.
La Contradanza de las Varas es una danza tradicional criolla, es bailada solo por varones en distintas celebraciones religiosas.
En 1652, la danza adquirió su propia métrica y diseño de atuendos, es una danza ritual para agradar a Dios como una manda ante los favores recibidos, la danza empezó a tener mayor presencia en la festividad del Señor de la Capilla, el santo patrón del pueblo de Santiago Tequixquiac, en años posteriores se ingresó a los indígenas como danzantes, lo cual logró un arraigo mayor entre la población.
Actualmente los trajes han dejado de tener uso cotidiano, pero algunos folkloristas y académicos han rescatado los trajes típicos de Tequixquiac con motivos educativos y culturales para la niñez del futuro.
Sacaron al cristo por todas las calles del pueblo y en menos de una semana, los males se fueron, comenzó a llover muy fuerte por muchos días y se mejoró la siembra, era el momento de regresar al cristo a su parroquia, regresaron al cristo a su parroquia y la gente volvió a enfermarse y secarse la tierra, pero los de Apaxco ya no quisieron regresar al cristo de nuevo a Tequixquiac, cerraron la capilla hasta que cuando abrieron la capilla solo estaba la cruz, en la mañana apareció el cristo sin cruz en la parroquia de Tequixquiac, luego sacaron nuevamente por las calles al cristo y sanó la gente y las cosechas mejoraron otra vez, pero en el camino de regreso a Apaxco, las mulas que intentaban llevaban el cristo de regreso se atascaban y la carga se volvía pesada cada vez que avanzaban y se aligeraba si se regresaban a pueblo de Tequixquiac.
[31] Se dice, que todas las noches, se oía a la media noche un gallo que cantaba de forma aterradora en un puente sobre el río que divide a los barrios de El Refugio y San José, todo se mantenía en silencio, hasta los perros dejaban de aullar, luego se escuchaba el alarido de una mujer quejándose de forma aterradora por sus hijos ahogados en el río, la gente se atemorizaba cruzar en la noche por dicho puente por decía de después del canto del gallo salía la Llorona caminando por la orilla del río y se llevaba almas ahogándolas en el río, ya que el canto del gallo era un augurio de que la Llorona estaba cerca y la gente podría caerse y morir ahogada.
El pueblo de Tequixquiac cuenta con una oferta deportiva en distintos deportes, como fútbol soccer, béisbol, básquetbol, taewando, judo, charrería y natación, así como áreas verdes para la convivencia familiar en cada uno de los barrios y colonias ejidales.