Teoría del cierre categorial

Los teoremas son "las unidades gnoseológicas básicas" sobre la que se teje el cuerpo de la ciencia.

Entonces es por una ciencia operativa (la geometría) con características propias y distintas que Aristóteles puede hacer la pregunta gnoseológica.

Sin embargo, la tradición que nace en Aristóteles y se desarrolla en los escolásticos se pierde en análisis formalista al fijarse en el denominador común a los cuerpos doctrinales: el análisis lógico formal aplicado a la metodología de las ciencias.

La realidad científica, con su pluralidad de ámbitos categoriales, es una organización en torno a materialidades preorganizadas y sólo en el contraste entre las distintas formas en que ciencias organizan sus diversas materialidades es que es posible hablar de materia y forma.

Lo que se viene dibujando aquí, en la relación dialéctica entre materia y forma, son dos niveles de unidad.

Para darle sentido a esta distinción, es necesario explicar una terminología propia de la escuela materialista, pero que tiene sus precedente en la Escolástica y en Aristóteles, nos referimos aquí a la noción de todos atributivos y todos distributivos.

Este pugilato sólo será posible si las teorías tienen un enfoque común o están en una misma escala, ya que hay ideas tan distintas de ciencia que algunos enfoques casi no se tocan porque su polémica pertenece a un campo tan general que impide la precisión de sus diferencias y, a fin de cuentas, no existe una problemática común.

Para el materialismo gnoseológico de Gustavo Bueno, materia y forma están caracterizados por ser conceptos conjugados[16]​.

El científico estará llamado a establecer con precisión “hechos” y no crear fantasías especulativas.

Es por eso que el teoreticismo tiene un concepto de verdad como coherencia interna a las propias construcciones teóricas.

El adecuacionismo, pese a sus inconsistencias y ambigüedades, es la teoría tradicional de la ciencia, la que podemos encontrar en Newton, por ejemplo.

Estas relaciones no son creadas o intuidas por una conciencia, tampoco están ahí dadas en el mundo esperando a develarse.

El orden establecido por un instrumento y su operador no es separable o dado independientemente del instrumental: Un microscopio no es un amplificador de la capacidad perceptiva del ojo, sino que los fenómenos microscópicos se constituyen en el mismo aparato y no se pueden desentender de él y sus operaciones; son los instrumentos y las técnicas donde precientíficamente se ordenan los fenómenos, o en otras palabras, es en la operación en que se entretejen las materialidades y una ciencia será un operar sobre estos ensambles ya organizados fortalecidos en núcleos de cristalización (teoremas) que alcanzarán un nivel más abstracto, gracias al cual serán aplicables a dominios distintos del dominio original.

La metodología dialéctica del materialismo gnoseológico pretende desprenderse de toda metafísica al reinterpretar el hilemorfismo aristotélico.

Consecuente con su tarea antimetafísica debe combatir cualquier tipo de hipóstasis, esto es, no puede aceptar la tesis de que existen dos principios sustanciales distintos (materia y forma), para luego, por decreto, establecer su permanente interacción, sea cual sea la forma en que se vinculen en tanto entes preexistentes a la relación misma.

El circularismo afirma que no hay entidades materiales ni estructurales o formales; materia y forma no existen como entidades separadas previas a su propia conjugación a través de sus partes materiales y formales.

Entonces asumiendo que las categorías son desbordadas constantemente, las oposiciones entre lo primario o más “elemental” que serían las partes materiales y lo secundario, las partes formales, se deben desvanecer en tanto oposiciones ontológicas, partes materiales y partes formales son dos instancias críticas que deben expresar siempre este desbordamiento al que las categorías se ven expuestas constantemente, no se puede separar la Gnoseología General de la Especial, se establece una relación circular entre ambos planos.

El lenguaje es ese estrato común a las diversas ciencias que ya está operando en ellas, las articula y la “preordena”.

Además, otra característica importante, es el hecho que establece una relación originaria con realidades exteriores al propio lenguaje, el lenguaje remite a cosas, cuerpos configurados por la tecnología, por la práctica y su gramaticalidad lo convierte ya en un análisis de la realidad.

Bühler identifica tres dimensiones de los signos lingüísticos: Por su lado, Charles Morris dice que los símbolos lingüísticos se distinguen por tres contextos distintos en el cual se desenvuelven: Podríamos graficar así la fusión que realiza Bueno entre ambas teorías: Consecuentemente, y en base a la fusión de los esquemas de Bühler y Morris los ejes del espacio gnoseológico podrán ser esquematizados en la siguiente tabla:

En otras palabras, las relaciones desbordan el nivel de las conexiones entre objetos para establecer un nivel referido a objetos definidos del campo, pero caracterizado por relaciones ideales (funcionales), repetibles, universales, abstractas, formuladas mediante proposiciones y que determinan estructuras que desbordan el nivel de los términos (las referencias se enmarcan en lo que la ontología del materialismo filosófico llama materialidad terciogenérica o M3).

Eje semántico: Los referenciales son los objetos fisicalistas que deben darse en el campo de una ciencia, estos pueden estar mediados por signos, marcas, símbolos, coordenadas y sin estas mediaciones las operaciones (transformaciones de términos) del eje sintáctico serían imposibles.

Los fenómenos se presentan diversificadamente a los distintos sujetos operatorios, así se presentan matices o perspectivas diferentes de un mismo objeto, por lo que el trato con los fenómenos depende enteramente de nuestra subjetividad práctica inmediata contrastada y ponderada con otras subjetividades prácticas.

Las normas en la ciencia obligan al sujeto en virtud del propio campo en el que está operando.

Los dialogismos son las interacciones entre sujetos operatorios a través de los mismos objetos sobre los que operan.

Ejemplos de autologismos son la evidencia, la certeza, la memoria, el recuento, la reflexión, la duda, pero todo esto referido a un contexto muy preciso de términos en actividad con el sujeto operatorio y que debe ser contrastado en los dialogismos.

Entonces esta organización objetual responde a una lógica material propia del campo; la tradición metafísica relacionó a los principios con leyes de la naturaleza, si conjuramos esta hipóstasis se puede decir, desde una perspectiva materialista, que los principios hacen referencia a un campo objetivo, pero de ningún modo pueden ser una premisa primera desde la que se desarrolla deductivamente la unidad de una ciencia.

Determinadas operaciones terminológicas sirven de Modelo Paramétrico para relaciones por su semejanza y vinculación.

Determinadas operaciones entre términos por su semejanza y pese a estar desvinculadas sirven de Modelo Paradigmático para otras relaciones.

b. Clasificaciones Tipológicas: Clasificaciones Ascendentes Distributivas, donde procedimientos que operan a partir de relaciones dadas establecen otros términos coonstruyéndoloes desde las partes al todo, donde esa totalidad que se forma es una totalidad diversa (diarológicas).

Portada del Tomo I de la Teoría del Cierre Categorial en su edición de 1992
Taller medieval, ejemplo de Ciencia entendida en la primera acepción, como técnica o saber hacer.
Representación simbólica de las cuatro teorías gnoseológicas que aparecen en la página 68 del Tomo I de la Teoría del Cierre Categorial.
Análisis lingüísticos de Karl Bühler y Charles Morris
Análisis lingüísticos de Karl Bühler y Charles Morris
Ejes del espacio gnoseológico
Ejes del espacio gnoseológico