En 1908, publicó Lebensweisheit (La sabiduría de vida), un volumen delgado sobre el eudemonismo, la teoría según la cual la felicidad es el objetivo ético más alto.
En el mismo año ocurrieron dos acontecimientos que dieron forma al resto de su vida.
Inicialmente se denominaron la Asociación Ernst Mach, pero fueron conocidos desde entonces como el Círculo de Viena.
Schlick mismo entró en contacto con Wittgenstein en 1924 y exaltó las virtudes del Tractatus con respecto a su círculo inmediato.
Varios intentos fallidos solo reforzaron el rehúse de Wittgenstein y por último partida definitiva hacía otras corrientes con fines explorables.
Esta crítica del conocimiento sintético a priori argumenta que las únicas verdades auto-evidentes a la razón son proposiciones que son verdaderas por definición, tales como las proposiciones de la lógica formal y de las matemáticas.
Su humanismo, buena voluntad, gentileza, y especialmente su coraje, han sido documentados por muchos de sus contemporáneos.
[cita requerida] Herbert Feigl y Albert Blumberg, en su excelente introducción a la Teoría general del conocimiento, escribieron: