Su primer proyecto es también descartado, escogiéndose su segundo diseño, con los gustos galleguistas (inspirados en construcciones compostelanas) de Fraga Penedo.
Arturo Fraga hace algunas modificaciones interesantes al proyecto inicial, siendo en parte gran responsable del cuidado resultado final.
El cine vive la época dorada hasta los años ochenta del pasado siglo.
[4] Con los años el cine comienza a perder espectadores, con la aparición en los ochenta de la variada oferta de los multicines (Multicines Centro en María Berdiales, hoy desaparecidos, y Multicines Norte, en la Vía del Norte), en ese momento (1988) se decide adaptar la sala Velázquez la una nueva sala de proyecciones con setenta y cinco butacas (Fraga 2).
En la discoteca, muy sonada en Vigo, y de espectacular acústica, actuaron artistas como Miguel Bosé, Massiel, Antonio Machín, Cecilia o el galés Tom Jones.
En el mismo mes del cierre, la entidad Caixa Galicia decide montar en la ciudad olívica un centro social y cultural, por lo que decide comprarle el inmueble a Ignacio y Mercedes Fraga por 1290 millones de pesetas.
El conocido arquitecto gallego César Portela hace el proyecto,[7] intentando mantener totalmente la estructura original y los detalles de Gutiérrez Soto.