Su denominación como torre alude a una tipología heredera de la arquitectura militar medieval.
En 1853 se construirá la capilla anexa a edificio principal bajo la advocación de la Virgen del Carmen.
La planta baja está destinada a las habitaciones de servicio, cocina y almacenes.
El retablo es de factura plateresca y responde a planteamientos muy difundidos en Castilla.
Al haber sido adaptado al testero de la capilla, no conserva más que dos cuerpos divididos en tres calles, en las que se albergan cuatro pinturas sobre tabla del taller del maestro zamorano Lorenzo de Ávila.
Los jardines se trazaron a finales del siglo XIX, probablemente por la prestigiosa empresa portuguesa de jardinería radicada en Porto, Jacintho Mattos, hoy desaparecida, por orden del Marqués de Alcedo.
El jardín continúa en la parte posterior del edificio en tres niveles descendentes.
En el centro se sitúa un estanque para patos con una isleta central que muestra una maqueta del pazo.
El jardín presenta numerosas variedades de plantas ornamentales y exóticas, algunas centenarias gracias a la benignidad del clima en Vigo por su proximidad al mar.
Esta cuidada vegetación se ve enriquecida por esculturas, una galería de blasones y diversos monumentos.
La parroquia tiene su origen en la propiedad particular del marqués de Valladares que adquirió las tierras para expansión de sus dominios y darlas en arrendamiento a colonos que, poco a poco, se fueron independizando.
En el mismo parque se ubica también un auditorio al aire libre, aprovechando la pendiente natural del terreno, que se utiliza para la celebración de conciertos y festivales en el verano.
El pazo tiene su origen en la Torre de Lavandeira, abandonada tras la retirada del ejército portugués entre los años 1665-1670.