Hija del actor Félix de Pomés.
Se dedica al mundo del espectáculo desde muy niña, sobre todo al teatro, debutando con 16 años en el cine con la película La malquerida (1940).
Alcanza gran popularidad con la comedia social Huella de luz, de Rafael Gil, donde comparte protagonismo con Antonio Casal.
En 1942 trabaja con Ignacio F. Iquino en la película La culpa del otro junto a Mercedes Vecino.
A partir de los años cincuenta, y pese a que su trayectoria se prolonga durante más de dos décadas, sus papeles van perdiendo peso, hasta retirarse definitivamente en 1965.