Tartarín de Tarascón

Finalmente Tartarín-Sancho decidió seguir los pasos de los exploradores que tanto estudió, como Mungo Park, René Caillié, David Livingstone y Henri Duveyrier, tras la motivación dada por Bravida.Sin embargo, cuando iba de regreso a su hotel tuvo un enfrascamiento amoroso con una turca en el coche.El héroe provenzal se quedó estupefacto y trató por todos los medio buscarla en la parte turca de la ciudad, pero fracasó.Tartarín-Sancho estaba compladisísimo con la nueva vida hasta que, un día, una burlas del capitán Barba Azul comenzó el resurgir de Tartarín-Quijote.Tartarín se avergonzó de su molicie y partió a la mañana siguiente al desierto.El hombre chaparro le advirtió que ya un amigo suyo, Chassaing, había matado al último león.Tartarín le preguntó al cochero quién era ese soberbio hombre pequeño, y él responde que era Bombonnel, el célebre cazador de panteras, al que Tartarín dijo haber conocido y haber cazado juntos.Avergonzado, Tartarín se baja del coche en Miliana, donde da un sobresalto al ver un enorme león, pero al ver que parecía un gato entrenado con un plato en el hocico y escoltado por unos negros con garrote, se enojó como nunca por humillar de es esa forma a un animal tan glorioso.A las orillas del Cheliff, se hicieron de un camello flaco, débil y feo, pero muy leal.Inmediatamente saltaron 2 negros engarrotados y furiosos, pero que fueron aplacados por un milagro católico: un guardia de Orleansville (Chlef).Vendió lo que le quedaba para pagar la multa y enviar la piel del león a Bravida.Así pues, a la isla que se le compró al rey Negonko sería bautizada como Port-Tarascón y colonizada por estos gentiles hombres.Zarpó La farándula, el primer barco con los colonos de más bajo ivel social y que estaban entusiasmados por cosechar en aquellas fértiles tierras, cazar en esos acompasados bosques...Por supuesto, se llevaron a La Tarasca, bestia antiquísima que fue sometida por Santa Marta de Betania.Finalmente llegaron al lugar prometido, pero era raro tanto silencio y la usencia del puerto o la misma iglesia.Fue a tierra una avanzada compuesta por Tartarín, Bravida, el capellán Bataillet, Tournatoire, excourbanies y algunos milicianos, todos armados hasta los dientes.Deciden volver al barco para conocer la historia: el gobernador interino Bompard cayó enfermo y fue dejado poco después de Marsella; la isla estana vacía, pero llegaron con ánimos.Los tarasconenses, tan alegres y joviales, se veían semanas enteras encerrados en sus jacales burdamente construidos.Confieza Pascualón que la colonia no puede esperar tener gran éxito si sus habitantes solo son pequeñoburgueses y tenderos.Improvisaron una plaza para realizar una corrida de toros con las únicas vacas que les quedaban.Sabían que el rey Negonko huyó a una isla vecina tras la escaramuza del primer día.El negro rey no entedía francés, pero al embriagarse sorprendió cantando una romanza de Tarascón.Pese a la existencia de cerdos salvajes y canguros, era difícil cazarlos, sobre todo por el mal clima.Inmediatamente se bautizó a Likiriki, pero, cuando debía ser un buen día, notaron que los insurgentes había escapado con la única chalupa de la colonia, y con muchas provisiones.A la mañana siguiente surgió otra gran noticia: Tartarín anunció su intención de casarse con Likiriki.Pero una sorpresa mayor que la misma aparición del barco ocurrió: comenzó un ataque a la isla con los cañones.Ya en a un día de estar en altamar, Pascualón le reveló que entre los prisioneros, abarratodos debajo del puente, se encontraba el infame de Costecalde, quien había sido hallado por los ingleses y había colaborado para dar con la colonia.Tartarín juzgaba cada tiro equivocado, hasta que un guardiamarina le cedió su fusil y logró acertarle.No fue alegría por mucho tiempo: los oficiales franceses se llevaron arrestados al gobernador y a su secretario, mientras el resto de tarasconenses celebraban tal acto.Bompard es dejado en tierro y, al sanar, descubre en su bolsillo la carta que debía leer.
Portada del libro "Tartarín de Tarascón"