Para resolver este problema, la Oficina Técnica del Ejército se propuso desarrollar un nuevo tanque ligero con una velocidad máxima de 40 km/h, iniciando el proyecto en 1933.
Su nombre clave era "Ha-Gō" (ハ号), indicando que era el "tercer tipo" de tanque desarrollado.
[7] En 1935, durante una reunión en la Oficina Técnica del Ejército, el Tipo 95 fue presentado como un potencial tanque medio para las unidades de infantería mecanizada.
Finalmente, la infantería aceptó que el Tipo 95 incluso era superior al automóvil blindado, la única alternativa disponible.
[8][9] El Tipo 95 era una mejora mayor sobre los anteriores tanques ligeros y tanquetas del Ejército Imperial Japonés, pero se vio rápidamente involucrado en un intensivo programa para producir variantes mejoradas como el Modelo Manshū (Tipo M), descendiente directo del Ha-Gō.
Otro desarrollo fue el tanque ligero Tipo 98 Ke-Nu, que entró en producción en 1942 y del cual se produjeron 200 unidades.
El armamento secundario consistía en dos ametralladoras Tipo 91, una montada en el glacis y la otra en la parte posterior de la torreta.
Las experiencias de combate en Manchukuo y China confirmaron que se necesitaban mejores ametralladoras, así que las ametralladoras calibre 6,5 mm fueron sustituidas por las más potentes Tipo 97 en 1941, una de ellas a la derecha del ya sobresolicitado comandante/artillero.
Cuando el Tipo 95 entró en servicio en 1935, era un vehículo funcional y comparable a cualquier tanque ligero del mundo.
Una clave del éxito japonés en Malasia fue la inesperada presencia de sus tanques en zonas donde los británicos no creían que podían emplearse.
Su potencia de fuego era insuficiente para hacer frente a otros tanques, como el M4 Sherman o el M3 Stuart.
Durante la Batalla de Tarawa, siete tanques Tipo 95 enterrados hicieron frente al desembarco estadounidense.
Igualmente en las Filipinas, al menos diez tanques Tipo 95 fueron destruidos en varios enfrentamientos en Leyte, junto a otros 19 en Luzón.