En esta ocasión se hizo uso del napalm por primera vez durante una operación de combate, al arrojarse bombas incendiarias por parte de los P-47 Thunderbolt.
La mayor parte de la aviación japonesa con base en la isla de Tinian ya había sido destruida durante la batalla del Mar de Filipinas, pero las destrucciones continuaron durante las incursiones aéreas estadounidenses previas a la invasión, hasta el punto de que en el momento del desembarco aliado la aviación japonesa con base en tierra en la isla había sido prácticamente aniquilada.
El 31 de julio, los japoneses supervivientes organizaron una carga suicida, que no logró atravesar las líneas estadounidenses a pesar de intentarlo en tres ocasiones distintas.
El día 1 de agosto el mando estadounidense declaró la zona como terreno seguro, dando definitivamente por concluida la batalla.
No obstante, como sucedía a menudo en las diversas batallas en las islas del Pacífico, quedaron algunos escasos soldados japoneses que alimentaban la ilusión de una resistencia a los estadounidenses, no rindiéndose la mayor parte de los mismos hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial con la rendición del Japón.