Esta área coincide en mayor o menor grado —según la acepción que se le da— con el término D-A-CH.No es muy común para referirse en textos castellanos al área de influencia del mismo idioma español.La palabra sprachraum (pronunciación en alemán: /ˈʃpʁaːxˌʁaʊm/; plural sprachräume) está compuesta por los vocablos Sprach- (habla) y Raum (espacio), y aunque en alemán se escribe con la 'S' inicial en mayúscula, según las reglas de la ortografía española, se escribe generalmente en minúscula.[7] Su mayor parte abarca Estados de América Latina, mientras que los únicos dos países no americanos que forman parte de ella son España (Europa, y en menor medida África) y Guinea Ecuatorial (África).Sin embargo, los términos DACH y sprachraum alemán no siempre coinciden en su totalidad, dependiendo de la interpretación que se les da en cada ocasión.La lusofonía es el conjunto de países que tienen como lengua oficial el portugués, que es lengua oficial en nueve países: Portugal, Brasil, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental.Estos incluyen a Finlandia, Estonia y áreas adyacentes de Escandinavia y Rusia.Además de las principales áreas lingüísticas del continente europeo, también existen otras áreas menores aunque importantes, que a veces llegan a comprender múltiples Estados y territorios, aunque más enfocados o de menor extensión.Si bien los Países Catalanes no se corresponden con ninguna entidad política o administrativa presente o pasada, la existencia de una lengua común en estos territorios viene dada por su pertenencia a la Corona de Aragón durante las edades Media y Moderna.El término aparece documentado por primera vez en la segunda mitad del siglo XIX y fue popularizado más tarde por el escritor valenciano Joan Fuster.Este concepto es común en Alemania, donde se distingue entre los dialectos regionales (Regiolekt) de los dialectos en el sentido más amplio del término, que a veces hasta llegan a ser considerados, conforme la acepción que se adopta, lenguas menores.Aunque parten de un ancestro común (el frisón antiguo), dichas lenguas no son mutuamente inteligibles, pero sí comparten el mismo nombre y origen étnico, y cubren zonas geográficas adyacentes que, conjuntamente, conforman un área lingüística unificada.