Lengua histórica

Una lengua histórica es aquella que se ha constituido con el tiempo en una unidad leal y es identificada como tal tanto por sus hablantes como por los de otras lenguas.[1]​ Así, en España se reconocen la lengua castellana, la gallega, la catalana, y la vasca; y, en el resto del mundo, el francés, el inglés, etc.[1]​ Cada lengua histórica se halla constituida por un conjunto de lenguas funcionales, que en parte coinciden y en parte se distinguen unas de otras, aunque sin llegar a diferenciarse tanto como para perder la unidad.[1]​ Una lengua histórica, pese a la unidad que la caracteriza y la distingue de otras lenguas, presenta siempre diferencias y variedades internas.[1]​ Las variedades dentro de una lengua histórica pueden ser de tres tipos, a cada uno de los cuales le corresponde un sistema lingüístico concreto:[1]​ En una lengua histórica coexisten dialectos, niveles y estilos de lengua diferentes.[1]​ Como dice Coseriu:[1]​ «Una lengua histórica no es nunca un solo sistema lingüístico, sino un diasistema, un conjunto más o menos complejo de dialectos, niveles y estilos de lengua».