Sociedad Landaburiana

Celebraba sus reuniones en el que había sido refectorio del convento de Santo Tomás, capaz de acoger, según el viajero irlandés Michael J. Quin, a cuatro mil personas.

Convenientemente aderezado y amueblado, en la pared tras la mesa presidencial se veía pintado un cenotafio con la leyenda A la memoria del inmortal Landaburu; y sobre él otra inscripción: La soberanía reside esencialmente en la nación.

La sesión inaugural, con banda militar, se abrió con una sesión de música en homenaje a Riego y un discurso del jefe político de Madrid, Juan Palarea, recibido con vítores, en el que llamó a la unión y fraternidad de los elementos liberales al tiempo que advertía que cerraría la sociedad si se producían desórdenes.

Cuando el 17 de noviembre Alcalá Galiano anunció desde la tribuna que según había sabido de fuentes fidedignas la Santa Alianza ya había declarado la guerra a España, Morales replicó que la noticia procedía del campo servil y Romero Alpuente le restó toda credibilidad, afirmando al tiempo que de producirse el pueblo sabría defender sus conquistas.

Cuando una vez más Morales el día 21 atacó al Gobierno y a los que predicaban moderación e impunidad para los altos personajes implicados en la sublevación del 7 de julio, fue replicado con gritos de Viva el Gobierno y abajo Morales.

[17]​ El 29 los miembros de la sociedad firmaron una representación al rey constitucional por la que le solicitaban escuetamente el cese del Gobierno, a la que replicó El Espectador acusándoles de querer «envolver a la nación en los horrores de la guerra civil, que por nuestra desgracia va haciendo progresos».

Luis Carlos Legrand , Alegoría del 7 de julio ; litografía. Inscripción: «Día 7 de julio honor eterno. De la grande Nación el gran Peligro». Biblioteca Nacional de España . El recuerdo de los héroes del 7 de julio y la denuncia del pasteleo del Gobierno y su tibieza para hacer frente a la sublevación de la Guardia Real y castigar a los verdaderos culpables será constante en la breve existencia de la Sociedad Landaburiana.
Exterior e interior del Convento de Santo Tomás (Madrid) en 1876, poco antes de ser derruido a causa del incendio sufrido cuatro años antes. Desamortizado durante el Trienio Liberal fue la sede la Sociedad Landaburiana.