Personajes como Buenaventura Báez, Ignacio María González y Ulises Heureaux dominaron la política de la primera parte del período, y más tarde lo hicieron Horacio Vásquez, Juan Isidro Jimenes o Ramón Cáceres.
Liderados por Santiago Rodríguez, los sublevados entraron al país por la frontera haitiana, penetrando por el territorio que hoy es Dajabón, donde proclaman el Grito de Capotillo.
Eventualmente este sería sustituido por una Junta Superior Gubernativa que presidiría Benigno Filomeno de Rojas.
Entre las novedades constitucionales se cuentan el Poder Municipal que proyectaba el ideario de Duarte, el voto directo y el sufragio universal masculino.
Se instaura entonces un triunvirato protagonizado por Gregorio Luperón, Pedro Antonio Pimentel y Federico de Jesús García.
[5] Recuperado el sufragio universal masculino, se realizaron elecciones, que fueron ganadas por José María Cabral, quien asumió el mandato el 29 de septiembre.
Este gobierno liberal proclama la Constitución de 1878, con la que se retoma temporalmente la bicameralidad del Poder Legislativo.
[7] Al tomar posesión, Meriño argumentó que una Constitución liberal, como la de 1880, era inaplicable teniendo en cuenta la situación política y social del país.
En los dos años de su mandato, Heureaux, desde ya destacado militar, sustituyó a Luperón como líder del Partido Azul, hasta el punto de que fue por su respaldo que Francisco Gregorio Billini alcanzó la presidencia y luego, Alejandro Woss y Gil.
[8] En materia económica, el gobierno de Lilís buscó saldar la deuda tomada a la empresa británica Hartmont Brothers&Co.
El propio Lilís favoreció el crecimiento de esta industria azucarera frente a la tradicional región del Cibao.
En junio de 1898, el comerciante radicado en Monte Cristi Juan Isidro Jimenes intentó una incursión marítima, pero fracasó.
En el primero se situaron Horacio Vásquez y Ramón Cáceres; en el segundo, destacó Juan Isidro Jimenes.
En conjunto, estos tres hombres liderarían la política dominicana previa a la ocupación militar estadounidense.
Wenceslao Figuereo, vicepresidente durante el último período de Lilís, intenta completar el mandato, pero al mes siguiente Horacio Vásquez establece en Santiago un Gobierno Provisional.
Ese mismo año Morales Languasco encabeza una sublevación militar con el apoyo de Estados Unidos.
Esta se concentraba esencialmente en bancos estadounidenses y las aduanas dominicanas estaban puestas como garantes del pago.
En enero de 1906, Morales Languasco renuncia a la Presidencia y le sustituye su vicepresidente, Ramón Cáceres.
El historiador José Chez Checo califica la gestión de Cáceres como "la más estable y prolongada en esa época"[12], ya que consiguió mantenerse en el poder por 6 años consecutivos.
Se concreta así la Convención domínico-americana en 1907 co los siguientes puntos: Este hecho supuso una sustancial pérdida de la soberanía dominicana y permitió la injerencia de Estados Unidos en los asuntos políticos y económicos del país caribeño.
Esto permitió una mayor estabilidad social y política que, combinada con los beneficios económicos de la Convención domínico-americana, dio paso a un relativo progreso en República Dominicana.
Este hecho volvió a sumir al país en la inestabilidad política de años anteriores.
Este gobierno recibió constantes presiones de Estados Unidos para que se cumpliera la Convención domínico-americana, pero Jimenes no consiguió la estabilidad política y económica necesaria.
Si bien su gobierno no fue reconocido por Estados Unidos, Henríquez y Carvajal sirvió como interlocutor dominicano ante las fuerzas de ocupación.