Carlos Morales Languasco

Antes de que capitulara el presidente Woss y Gil, mientras los revolucionarios mantenían el sitio a la Capital, llegó Ramón Cáceres desde Cuba donde estuvo exiliado desde el derrocamiento de Horacio Vásquez, quien todavía permanecía en esa nación, y se opuso tajantemente a que se le entregara a Jimenes la Presidencia de manera pura y simple.Aunque al principio parecía que los del Gobierno no se iban a poder sostener, poco a poco fueron ganando terreno y ya en junio de 1904 sólo quedaba un reducto jimenista en la línea Noroeste, con Demetrio Rodríguez y Desiderio Arias a la cabeza, y otro en Azua con quienes se firmó un armisticio para dar por terminada la guerra, a la vez que sus líderes fueron designados en las principales posiciones regionales del Gobierno.Advertido el presidente Morales de tales intenciones, y a sugerencia del Presidente estadounidense , procedió a poner en vigor por vía administrativa la Convención que no había sido sancionada, lo que se conoce como el Modus Vivendi.El hecho más grave, relativo a las relaciones del Presidente Morales con el vicepresidente y los horacistas, ocurrió el 6 de diciembre de 1905 cuando dos buques de guerra estadounidenses (USS Olimpia y USS Des Moines), que se encontraban en la ría del Ozama, se aproximaron para transferir provisiones y algunos tripulantes, corriendo el rumor de que dichos buques se aprestaban a desembarcar tropas para proteger al Presidente.Por ese motivo llegó intempestivamente a Palacio, con decenas de oficiales, el ministro de Guerra y Marina Luís Tejera, quien había sido designado recientemente a instancia del Vicepresidente Cáceres, reclamando ver al Presidente mientras este se encontraba en su despacho reunido con el ministro Residente estadounidense y el propio Vicepresidente Cáceres.Detrás del Edecán salió el vicepresidente Cáceres y, al encontrarse con el General Tejera, este le manifestó en público que había terminado los planes para asesinar al Presidente Morales.Como consecuencia de lo expresado en público, por el General Tejera, tanto el vicepresidente como todo el Gabinete, se vieron forzados a manifestar un simulado respaldo al Presidente, mientras que el ministro de Relaciones Exteriores Juan Francisco Sánchez renunció y solicitó asilo en el Consulado Británico temiendo por su vida.Ante los graves acontecimientos políticos que fueron ocurriendo, el presidente Morales decidió aceptar el respaldo ofrecido por algunos generales jimenistas y otros partidarios, entre ellos los generales Demetrio Rodríguez y Desiderio Arias, quienes controlaban la línea Noroeste, con la finalidad de restituir su autoridad ya que, en la Capital, lo relativo a su asesinato se discutía en público a diario.Al bajar por un barranco, en la apresurada retirada, el presidente sufrió la fractura de la tibia de su pierna derecha que lo inhabilitó, por lo que el Independencia llegó a Montecristi con las armas y los pertrechos militares, pero sin el presidente.