Síndrome del corazón de atleta

[1]​[2]​ El corazón del atleta está asociado con la remodelación fisiológica como consecuencia de una carga cardíaca repetitiva.

Este sonido se puede percibir debido a que la presión diastólica del corazón con forma irregular crea un flujo de sangre desordenado.

Durante el entrenamiento intensivo prolongado de resistencia o fuerza el cuerpo le da señales al corazón para que bombee más sangre por el cuerpo, para así contrarrestar el déficit de oxígeno en los músculos esqueléticos.

[6]​ El corazón se vuelve más grande, o hipertrófico, debido a entrenamientos cardiovasculares intensivos, lo que crea un aumento en el volumen sistólico, un ventrículo izquierdo más grande (y ventrículo derecho), y una disminución en el pulso en condición de reposo, junto con ritmos irregulares.

La pared del ventrículo izquierdo ve incrementado su tamaño en aproximadamente un 15-20 % de su capacidad normal.

Este tipo de ejercicio también incrementa tanto la frecuencia cardíaca como el volumen sistólico del corazón.

Una vez que los atletas dejan de entrenar, el corazón retorna a su tamaño normal.

Un corazón agrandado se puede ver en un ecocardiograma o a veces en radiografías de tórax.

En cuanto a los diagnósticos diferenciales, la hipertrofia ventricular izquierda generalmente es idéntica al corazón de atleta incluso en un ECG, pero usualmente puede descartarse en los jóvenes y en la gente en forma.

[22]​ Esta suspensión del entrenamiento es recibida con resistencia debido a los cambios que implica en el estilo de vida.

Un electrocardiograma (ECG) es un procedimiento relativamente sencillo de administrar e interpretar, en comparación con tests más invasivos y sofisticados.

Un ECG puede revelar o dar indicios de muchas enfermedades circulatorias y arritmias.

Implementar a gran escala evaluaciones físicas generalizadas puede ser demasiado caro, especialmente si se trata de una demanda potencialmente grande.

Entre las causas alternativas se encuentran los episodios de arritmias aisladas, las cuales se convierten en una fibrilación ventricular (FV) fatal o en una asistolia, y varios defectos cardíacos posiblemente asintomáticos e inadvertidos de los vasos sanguíneos, las cámaras o las válvulas del corazón.