Síndrome de discontinuación de ISRS

[2]​ Desafortunadamente, hasta la fecha, no se han realizado estudios sobre la población general o sobre la población clínica que permitan conocer la incidencia y la prevalencia de este síndrome.Las respuestas comunes a la reducción de dosis o la interrupción incluyen mareos, sensaciones de tipo shock eléctricos, sudoración, náuseas, insomnio, temblor, confusión, pesadillas y vértigo.Los ISRS no son adictivos en el uso médico convencional de la palabra (es decir, los animales que reciben libre acceso al medicamento no lo buscan activamente y tampoco buscan aumentar la dosis), pero la discontinuación de su uso puede producir síntomas somáticos y psicológicos.El sistema nervioso central (SNC) se adapta a la presencia de drogas psicoactivas.Dicha adaptación comúnmente implica el reajuste de neurorreceptores para compensar la acción farmacológica aguda del medicamento.Esta teoría de adaptación también explica por qué pueden producirse síntomas y señales de abstinencia en la interrupción de estos medicamentos ya que la eliminación del medicamento puede ser más rápido que la readaptación del cerebro a la ausencia del medicamento.Los neurocientíficos indican que el cortex del cíngulo anterior dorsal está principalmente relacionado con la cognición racional, mientras que el ventral está más relacionado con la cognición emocional.Esta deficiencia se agrava por el hecho de que los receptores regulados (a la baja) permanecen en su estado relativamente hipoactivo durante días o semanas.[21]​ Esta herramienta no es un diagnóstico, y, por el momento, solo existe en inglés.Los pacientes que toman fluoxetina a menudo pueden pasar por alto varias dosis sin notar molestia alguna, pero la vida media más corta de otros ISRS, como la venlafaxina, paroxetina y duloxetina (semivida aproximadamente de 10 horas) significa que una sola dosis olvidada puede causar síntomas de abstinencia.Al interrumpir un ISRS con una vida media corta, el cambio a un fármaco con una vida media más larga (por ejemplo, fluoxetina o citalopram) y a continuación la interrupción de este, puede disminuir la probabilidad y gravedad del síndrome de abstinencia.Si bien la reducción lenta de la dosis no garantiza que el paciente no vaya a experimentar el síndrome de discontinuación, se considera un método más seguro que la interrupción abrupta.Alternativamente, una farmacia magistral podría tomar la prescripción y dividirla en dosis más pequeñas.La estrategia para restaurar el fármaco que ha sido interrumpido o reducido no es recomendable basado en la literatura científica, por el contrario, algunos informes de casos clínicos han sugerido manejar la abstinencia de otra manera (véase más adelante).Otros síntomas mentales no específicos podrían incluir trastornos de la concentración, sueños extraños, delirio, cataplejía, agitación, hostilidad, y el empeoramiento de los síntomas depresivos.[24]​[28]​[29]​[30]​[31]​[32]​[33]​ También se ha informado de sensaciones eléctricas[28]​[30]​ con muchos pacientes describiendo dichos síntomas como "zapping cerebrales".Se ha sugerido que las sensaciones podrían representar una alteración de la actividad neuronal en el sistema nervioso central.[cita requerida] Sin embargo, esto puede aumentar en gran medida el riesgo de síndrome serotoninérgico y disminuye el umbral convulsivo.Aunque estos eventos son generalmente autolimitados, algunos se han notificado como severos.Los pacientes deben ser monitorizados para detectar estos síntomas al interrumpir el tratamiento con Cymbalta.Posteriormente, el médico podría continuar disminuyendo la dosis, pero a un ritmo más gradual.Dado que la duloxetina es un medicamento relativamente nuevo (aprobación de la FDA en 2004), no se han publicado muchos artículos revisados por pares sobre los efectos adversos o fenómenos de abstinencia, y los efectos del uso a largo plazo aún se desconocen.La fluoxetina también está disponible en fórmula líquida, permitiendo que el médico titule el fármaco con mayor facilidad (por ejemplo, con una jeringa oral).En un ensayo aleatorizado, la interrupción brusca del tratamiento antidepresivo durante 5-8 días se asoció con la aparición de nuevos síntomas somáticos y psicológicos con el más alto grado en pacientes tratados con paroxetina y a un menor grado con la sertralina, con pocos síntomas observados con la fluoxetina.Aunque los ISRS no se han asociado con malformaciones congénitas, algunas evidencias sugieren que están asociados con complicaciones neonatales como el síndrome de abstinencia neonatal (SAN) y la hipertensión pulmonar persistente (HPP).Posteriormente, los autores de un estudio publicado en The Lancet concluyeron que los médicos deben evitar o controlar con cautela la prescripción de estos fármacos a las mujeres embarazadas con trastornos psiquiátricos.