Pesadilla

Las pesadillas sólo llegan a ser consideradas un trastorno del sueño cuando por su frecuencia e intensidad interfieren con la actividad cotidiana de la persona.

No deben confundirse las pesadillas con los terrores nocturnos que aparecen en las fases III y IV del sueño.

Estos sueños pueden ocurrir rara vez o con más frecuencia, incluso varias veces por noche.

Generalmente, cuando el individuo despierta tras haber tenido una pesadilla, no vuelve a experimentarla al dormirse nuevamente.

Son habituales tras sufrir un accidente o enfermedad grave, abusos sexuales o psicológicos, lesiones u otro evento traumático, e incluso son comunes en personas que padecen el trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Si una persona come antes de dormir, puede incrementar el metabolismo del cuerpo y la actividad cerebral.

Irse a la cama con el estómago lleno puede causar ondas cerebrales que inducen pesadillas.

Algunos alimentos y bebidas son como la salsa picante, ya que comer eso antes de dormir puede provocar acidez estomacal e inflamación, lo que causa problemas para conciliar el sueño y también sueños estresantes.

Para algunas personas, la exposición a obras que contengan elementos de terror (persecución, violencia gráfica, tortura, sobresaltos) pueden causan pesadillas debido al cariz perturbador grabado en la memoria reciente.

Películas, videojuegos, libros y demás elementos multimedia consumidos en el día o días previos a la aparición de pesadillas pueden ser causa probable de los elementos aterrorizantes que se encuentren oníricamente.

Sólo se consideran un trastorno si el sujeto siente angustia o no poder dormir lo suficiente a causa de dichos sueños inquietantes.

Para diagnosticar dicho trastorno, el médico revisa la historia clínica del sujeto y sus síntomas.

Se puede realizar actividades tranquilas y con calma, como leer libros, resolver rompecabezas o tomar un baño tibio antes de ir a dormir.

Además, se recomienda que el dormitorio sea cómodo y tranquilo para dormir.

Cuando este (por ejemplo, un hijo) se despierte de una pesadilla, reaccionar rápido y tranquilizarlo en la cama.

Se requiere practicar algunas actividades simples para aliviar el estrés, como la respiración profunda o relajación.

Son pesadilla demasiado fáciles que, por lo general, se evitan con un buen laxante como el 'delirium trémens'.