Rosa Elena Simeón Negrín

Consagró su vida a la investigación, actividad en la que se destacó hasta su deceso.

Su hogar era una escogida de tabaco [nota 2]​, propiedad del abuelo materno, donde también trabajaba su padre.

Sus investigaciones evidenciaron la presencia en el país de dos cepas virales, aisladas en aves migratorias muertas.

Su activa labor académica le convirtió luego en Directora de Microbiología del CNIC .

La temática ocupó una buena parte de su atención en los siguientes años, convirtiéndose en su trabajo doctoral.

En el año 1975 consiguió ese título y además, asumió la dirección del Centro Nacional de Salud Agropecuaria (CENSA).

Según su criterio científico el virus al que se enfrentó era absolutamente salvaje, de una agresividad extraordinaria.

Asumió una posición de liderazgo que continuaría durante unos 20 años, justo en un momento en que la cuestión del medio ambiente comenzaba a ocupar un lugar destacado en la agenda política de los gobiernos y las organizaciones internacionales.

Desde entonces desempenó un papel protagónico en foros regionales posteriores y su presencia resultó siempre reconocida internacionalmente.

Rosa Elena en un evento que marcó un cambio significativo en esos foros, con un importante giro hacia un enfoque más pragmático dentro del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) hacia los problemas ambientales de la región.

En el año 2001, como parte del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en la reunión celebrada en Nairobi, el Consejo elige a la Dra.