Retour des cendres

Entonces presentó una solicitud a los ministros del nuevamente restaurado Luis XVIII de Francia, de quienes no recibió una negativa rotunda y además la explicación de que la llegada de los restos a Francia sería indudablemente la causa o pretexto para una agitación política que para el gobierno era aconsejable prevenir o evitar, pero que su solicitud sería cumplida en cuanto la situación se hubiese calmado y fuese seguro llevarla a cabo.Luis Felipe todavía seguía reacio y tuvo que ser convencido de apoyar el proyecto contra sus dudas.[3]​ El 10 de mayo de 1840 François Guizot, entonces embajador francés en Londres, contra su voluntad presentó una petición oficial al gobierno británico, que fue inmediatamente aprobada según la promesa hecha en 1822 (Palmerston escribió a su hermano con gran ironía: "He aquí una buena idea francesa"[4]​).La propuesta fue defendida por Odilon Barrot (futuro presidente del Consejo de Napoleón III en 1848), mientras que el más feroz oponente a ella fue Lamartine, quien la consideraba peligrosa.El mito napoleónico estaba ya completamente desarrollado y solamente necesitaba ser coronado.La misión desembarcó al día siguiente y fue a Plantation House, donde el gobernador general de la isla, George Middlemore, estaba esperándolos.La tumba de Napoleón estaba en un lugar solitario, cubierto por tres bloques colocados a nivel del suelo.Este muy simple monumento estaba rodeado por una verja de hierro, sólidamente fijada en una base y resguardada por un sauce llorón, con otro árbol igual muerto a su lado.Después de media hora Joinville remontó y la expedición continuó su camino.La expedición fue entonces en peregrinación a Longwood, que estaba en muy ruinoso estado - los muebles habían desaparecido, muchas paredes estaban cubiertas con pintadas, el dormitorio de Napoleón se había convertido en un establo donde un granjero pastaba su ganado y obtenía unos pequeños ingresos adicionales por guiar a los visitantes en él.La parte francesa del grupo era dirigida por el conde de Rohan-Chabot e incluía a los generales Bertrand y Gourgaud, a Emmanuel de Las Cases, a los antiguos sirvientes del Emperador, a Coquereau, a dos niños de coro, a tres capitanes (Guyet, Charner, y Doret), al doctor Guillard (cirujano del Belle-Poule) y al plomero Monsieur Leroux - y la parte británica estaba integrada por William Wilde, los señores Horson y Scale (miembros del consejo colonial de la isla), Sr Thomas, Sr Brooke, el coronel Trelawney (comandante de artillería de la isla), el teniente Littlehales RN y Sr Darling (tapicero en Longwood durante el cautiverio de Napoleón).A la luz de las antorchas, los soldados británicos comenzaron a trabajar, retiraron el mantillo, las flores dejadas allí por los franceses, la verja y las piedras que formaban el borde de la tumba.Sus tornillos fueron sacados con dificultad y el último féretro de estaño fue abierto con mucho cuidado.Cuando se quitó la tapa una forma blanca indistinta apareció - este era el acolchado de satén blanco de la tapa del féretro que se había desprendido y cubría el cuerpo como una mortaja.Las botas se habían roto, mostrando los cuatro dedos inferiores de cada pie, mientras que su sombrero estaba puesto sobre sus muslos.Sin embargo, conteniendo sus lágrimas y enfadado, Gourgaud exigió que el féretro fuera cerrado.El féretro estaba cubierto por un gran tapizado (4,3 m por 2,8 m) de terciopelo negro adornado con abejas doradas, tenía águilas coronadas con coronas imperiales en sus puntas, y una gran cruz de plata.Los barcos franceses bajaron sus botes, con el del Belle Poule (adornado con águilas doradas) llevando a Joinville.Middlemore caminó con dificultad junto a Joinville, sosteniendo una breve conversación en idioma francés para acordar aproximadamente el lugar en el cual los restos serían oficialmente entregados a Francia.Con infinito cuidado, el pesado féretro fue puesto en el bote, los barcos franceses (que hasta entonces mostraban señales de luto) izaron sus colores y todos los barcos presentes dispararon sus cañones.En el Belle Poule 60 hombres estaban en fila, tocaban las baterías y ejecutaban canciones fúnebres.El féretro fue subido a la cubierta y se le quitó su envoltura de roble.Coquereau le dio la absolución y a las 6.30 el féretro fue puesto en una capilla al final del barco adornada con trofeos militares.[16]​ A todos en París y sus suburbios se les requirió concluir los preparativos lo más rápido posible, al ser el viaje de vuelta del féretro más rápido de lo esperado, aunque los problemas políticos internos causaron considerables retrasos.El Puente de Neuilly en Los Inválidos sería cruzado por el cortejo fúnebre y este estaba adornado con un andamiaje de papel maché, aunque se había hecho apenas la noche anterior a la ceremonia.Todo el conjunto estaba cubierto de un largo crepé púrpura adornado con abejas doradas.[21]​ Le Moniteur describió la escena: General Atthalin dio un paso adelante llevando en un almohadón la espada que Napoleón llevó en Austerlitz y Marengo y se la presentó a Luis Felipe.La ceremonia fue más mundana que reverente - los diputados estaban particularmente incómodos:Esta afirmaba que la misión había traído un féretro vacío al volver de Santa Elena y que los británicos habían llevado secretamente el cuerpo de Napoleón a Londres para realizarle una autopsia.En efecto el gobierno comenzó a temer disturbios y quería evitar cualquier reunión.
Tumba de Napoleón en Los Inválidos (París).
Francisco de Orleans , príncipe de Joinville
Repatriación de los restos de Napoleón a bordo del Belle Poule, 15 de octubre de 1840 . Óleo sobre lienzo de Eugène Isabey .
El féretro es transbordado del "Belle Poule" al "Normandie" en la rada de Cherburgo el 8 de diciembre de 1840. Cuadro de Léon Morel-Fatio , 1841. Palacio de Versalles.
Llegada de "la Dorade" a Courbevoie el 14 de diciembre de 1840. Cuadro de Félix Philippoteaux , 1867. Castillo de Malmaison.
El coche fúnebre de Napoleón pasa bajo el Arco de Triunfo . Grabado de Paul Joseph Dumouza y Pierre Frédéric Lehnert.
El coche fúnebre de Napoleón pasa por los Campos Elíseos . Grabado de Paul Joseph Dumouza y Pierre Frédéric Lehnert.
El coche fúnebre de Napoleón cruza la Plaza de la Concordia . Cuadro de Jacques Guiaud. Palacio de Versalles.
El coche fúnebre de Napoleón dirigiéndose hacia Los Inválidos. Grabado de Adolphe Jean-Baptiste Bayot y Eugène Charles François Guérard. París, Museo del Ejército .