Psicoterapia cognitiva constructivista

A diferencia de las terapias racionalistas, los enfoques cognitivo constructivistas no consideran que la razón tenga prioridad causal sobre las emociones.Algunos autores y psicoterapeutas cognitivos constructivistas son Vittorio Guidano, Giovanni Liotti, Robert A. Neimeyer, Óscar Gonçalves, Giampiero Arciero, Lisa McCann, Laurie Anne Pearlman, Jerome Frank, Michael Mahoney, Donald Meichenbaum (desde cierto momento de su carrera), Diane B. Arnkoff, Guillem Feixas, George Kelly, Luis Joyce-Moniz, John Rhodes, Tammie Ronen, María Gabriela Sepúlveda y Juan Balbi.Esta teoría sostiene que es necesario incluir al observador (p. e. científico) en el objeto de estudio.Trabajó en la Universidad de Illinois junto a Norbert Wiener, John von Neumann, Humberto Maturana, Francisco Varela, y otros.Según estos autores, ambos biólogos, los seres vivos se diferencian de otras entidades porque los primeros mantienen su propia organización, es decir, aunque puedan pasar por cambios en su interacción con el ambiente, los seres vivos son sistemas que se auto-producen (autopoiesis) y su organización es recurrente, por tanto son autónomos respecto del ambiente y los cambios que puedan tener están determinados por el sistema (ser vivo) mismo.Sin embargo, los humanos somos mamíferos y como tales nos guiamos principalmente por nuestras emociones.Adicionalmente, no existe una “realidad objetiva” independiente de lo que los observadores (incluidos los seres humanos) hacen en sus prácticas sociales.Para ellos, la realidad objetiva existe, por esto los seres humanos construyen sus propias estructuras mentales y esquemas de conocimiento para poder acceder progresivamente a ella.En esta versión de teoría constructivista, lo que se construye son las estructuras y esquemas cognitivos, pero no la realidad en sí misma.[13]​[14]​ En las ciencias cognitivas, durante los años 80s surgió un paradigma en lingüística que tiene importantes diferencias con la gramática generativa de Noam Chomsky.Esta nueva psicología cognitiva constructivista y narrativa por la que Bruner aboga tendría el significado como su objeto central y se ocuparía de la construcción de narrativas con las que los seres humanos se comprenden a sí mismos y a los otros, incluidas las narrativas autobiográficas que creamos sobre nuestras vidas.A comienzos de los 80s Guidano publicó junto su colega Giovanni Liotti el libro Procesos cognitivos y desórdenes emocionales (1983).El nivel tácito es jerárquicamente supra-ordenado, es decir, ordena y determina las posibilidades que toman los esquemas explícitos más superficiales.Además, los procesos tácitos no aparecen en la consciencia, es decir, determinan a la cognición explícita sin figurar en ella.Además, es un enfoque cibernético en el que las experiencias otorgan feed-back acerca de los propios modelos mentales y conductas.Siguiendo a Piaget, Guidano sostiene que conocer un objeto es esencialmente actuar sobre él.Gonçalves describe este cambio de paradigma como un paso desde la “verdad epistemológica” al “significado existencial”.Según Gonçalves, estas cuestiones existenciales no tienen respuestas del tipo “verdadero” o “falso”.El paradigma racionalista conceptualiza la cognición como manipulación computacional sintáctica de símbolos abstractos (palabras, letras, etc.).En los enfoques reactivo el sueño es utilizado para revelar algún proceso inconsciente, cognitivo o emocional; en cambio en los enfoques proactivos es concebido y utilizado como parte del proceso humano continuo de construcción de significados vitales.Las personas se ven ante la necesidad de organizar estas experiencias caóticas en un todo coherente y significativo.La diferencia con la vida de vigilia es que en el sueño la entrada sensorial del mundo externo y la salida motora están mayormente desactivadas.El trabajo terapéutico con los sueños en la terapia cognitiva narrativa sigue las mismas fases que el trabajo con cualquier otro material de la vida de la persona: recordar, objetivar, subjetivar, metaforizar y proyectar narrativas.Durante la terapia, la clienta le trajo al terapeuta (Neimeyer) un sobre con fotos que habían tomado de ella y su bebé fallecida recién nacida.Ella no había tenido el valor de ver las fotos hasta ese momento, y le pidió a Neimeyer verlas juntos.Habría sido inadecuado argumentar, desde una perspectiva racionalista o materialista, “los espíritus no existen” o “esa es una creencia irracional”, ya que lo relevante en la terapia es el significado existencial y subjetivo de la situación para la clienta, no su supuesto significado “objetivo” (en caso de que lo hubiera).