Un pronunciamiento es una forma específica de rebelión militar, característica del siglo XIX en los países hispanos y lusos, que pretende el derrocamiento del gobierno o el cambio de régimen político.
[2] El término derivaría del «acto realizado por un jefe militar al pronunciarse —es decir, al tomar partido mediante una proclama o arenga dirigida a sus hombres— sobre la necesidad de llevar a cabo un cambio político por el bien de la patria», afirma Juan Francisco Fuentes.
En general, un pronunciamiento está precedido por un periodo de preparación, durante el cual los rebeldes sondean cuántos oficiales comparten sus puntos de vista y están dispuestos a acompañarlos.
Su localización periférica comporta, pues, un hándicap logístico para el Gobierno que se traduce en una ventaja temporal para sus adversarios.
El sexto pronunciamiento sí que triunfó dando paso al Trienio Liberal.
Otro pronunciamiento exitoso, precedido por otros fracasados encabezados por el general Juan Prim, fue el que puso fin al reinado de Isabel II y dio paso al Sexenio Democrático.
[9] En México, donde tales declaraciones solían ser muy detalladas, formales y publicadas como textos escritos, recibían el nombre de "planes".
[10] Existen acontecimientos fuera del mundo iberoamericano al cual se les han calificado de pronunciamiento; en algunos casos la tipología coincide con la del pronunciamiento aunque no sea común el uso de ese término; en otros el término se ha usado aunque no sigue estrictamente las condiciones de un pronunciamiento clásico.