Aun así, el bienestar, como concepto abstracto, posee una importante carga de subjetividad propia del individuo, aunque también aparece correlacionado con algunos factores económicos objetivos.
En el Imperio romano, el primer emperador Augusto estableció la Cura Annonae o limosna de cereales para los ciudadanos que no podían permitirse comprar alimentos cada mes.
[3] Durante la historia de la Antigua Roma se introdujeron otras disposiciones para los pobres,[4] como la Alimenta.
Este sistema, sin embargo, se debilitó tras la entrada del imperialismo en China a raíz de la Guerra del Opio de 1840 y la Rebelión Taiping (1850-1860), que provocaron una crisis en la Dinastía Qing.
[12] En naciones europeas protestantes posteriores, como Provincias Unidas de los Países Bajos, la asistencia social fue gestionada por gremios locales hasta la abolición del sistema gremial a principios del siglo XIX.
[18] [19] La recaudación del zakat aumentó durante los califatos Omeya y Abasí, aunque el sistema del zakat era a menudo ineficaz y corrupto; los juristas islámicos solían recomendar a los musulmanes que distribuyeran el dinero directamente entre los necesitados para maximizar su impacto.
La caridad contemporánea se considera una continuación del bíblico Maaser Ani, o diezmo de los pobres, así como prácticas bíblicas, como permitir a los pobres espigar las esquinas del campo y cosechar durante el Shmita (año sabático).
Existen relativamente pocos datos estadísticos sobre pagos por transferencia antes de la Alta Edad Media.
[22]En Gran Bretaña el gobierno del Liberal de Henry Campbell-Bannerman y David Lloyd George introdujo el sistema de Seguro Nacional en 1911,[23] un sistema ampliado posteriormente por Clement Attlee.
Entre los Estados del bienestar modernos se encuentran Alemania, Francia, los Países Bajos,[24] así como los países nórdicos, como Islandia, Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia,[25] que emplean un sistema conocido como modelo nórdico.
[26] Un informe publicado por la OIT en 2014 estimaba que solo el 27% de la población mundial tiene acceso a una seguridad social integral.
Aun así, existen otras medidas alternativas que consideran factores no englobados en el PIB y en la renta per cápita.
Los tres factores que más contribuyen al incremento del PIB per cápita son: El PIB per cápita recibe fuertes críticas como indicador del bienestar social.
Se observó al igual que sucede con la esperanza de vida, que para niveles de renta baja existe una correlación más alta entre bienestar subjetivo y PIB per cápita.
[39] John Maynard Keynes, John Hicks y Simon Kuznets desarrollaron el sistema de contabilidad nacional porque sus gobiernos necesitaban mejores medios para gestionar sus economías frente a las espectaculares fluctuaciones del ciclo económico en el período de entreguerras.