Establece que los recursos y la atención se asignan de manera inversamente proporcional a las necesidades de los individuos.
Es decir, aquellos que requieren más atención o cuidados, debido a su situación de vulnerabilidad o necesidad, tienden a recibir menos recursos, mientras que aquellos que ya se encuentran en una situación favorable reciben más atención o cuidados.
[1] Enunciada por Julian Tudor Hart en 1971, el término ha sido ampliamente adoptado.
La ley establece que: Las leyes inversas son frecuentes, y surgen debido a la desigualdad y la falta de justicia social.
Pero es inquietante que una ley inversa se cumpla en la salud: ofende al sentido de la justicia, elemento que constituye la base de la existencia del Servicio Nacional de Salud (NHS) en el Reino Unido.