Poesía arraigada

Ambas eran las corrientes líricas mayoritarias entonces, pero también existían otras menores como el postismo y el grupo Cántico de Córdoba.

Se agruparon en torno a dos revistas: Escorial (1940) reunió a diversos poetas falangistas o asociados al falangismo: Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco y el prosista y ensayista Pedro Laín Entralgo; más tarde nacerá la revista Garcilaso (1943) fundada por el poeta José García Nieto, cuyo propósito principal fue centrarse en torno a la figura del poeta-soldado como ideal político, ya que su centenario en 1936 había quedado destruido y olvidado por la guerra.

Esta serenidad la encuentran en otros poetas clásicos del siglo XVI, cuyo estrofismo reproducen: sonetos, tercetos...

Sus temas se apoyan en sentimientos religiosos, en el amor, la belleza de la vida...[1]​ Así, por ejemplo, José García Nieto en su soneto "El Hacedor":

Destacan varios autores que sufrirán un desengaño de dicho mundo, tales como Dionisio Ridruejo, Leopoldo Panero o Luis Rosales.