[1] A menudo se lleva a cabo por actores con poder político explícito (gobiernos nacionales o regionales, ministerios), pero también puede ser realizada por grandes empresas energéticas, de electricidad o productores de petróleo y gas.
La planificación energética se puede llevar a cabo con aportaciones de diferentes partes interesadasː organismos estatales, compañías eléctricas públicas o privadas, instituciones académicas, consumidores, empresarios y otros grupos de interés.
Los modelos energéticos se pueden clasificar en 3 grupos: pronóstico descriptivo, normativo y futurista.
La planificación energética tradicionalmente ha desempeñado un papel importante en el establecimiento del marco para la normativa del sector energético (por ejemplo, influyendo en qué tipo de centrales eléctricas podrían construirse o qué precios se cobrarían por los combustibles).
Podría decirse que esto ha llevado a una mayor competencia en el sector energético, aunque hay poca evidencia de que esto se haya traducido en precios de la energía más bajos para los consumidores.
[8][9] Se pueden distinguir 3 áreas principalesː[4] Cuando se habla de "planificación energética" se suele pensar solamente en la eléctrica, pero si un país ha decidido emplear estos tipos de energía, las 3 áreas son importantes y deben estar coordinadasː por ejemplo, si se estudia situar una central de ciclo combinado en determinado lugar, hay que tener en cuenta el gasoducto que la abastecerá de gas natural, e incluso los contratos con los países productores que permitirán importarlo.
La planificación energética es necesaria porque, por un lado, las necesidades energéticas de un territorio varían a lo largo del tiempo, normalmente al alza de manera global (pero este aumento puede incluir energías cuyo uso baja —por ejemplo el carbón— y otras cuyo crecimiento compensa a las que descienden).
UU. están dirigiéndose a una regulación más estrecha de sus sistemas energéticos.
Tradicionalmente, esto consistiría en modelos matemáticos, pero está evolucionando para incluir " Metodologías de sistemas blandos", como grupos focales, investigación etnográfica entre pares, escenarios lógicos de "qué pasaría si", etc. 4.
Una planificación energética sensata es una necesidad para todos los países, excepto los muy pequeños y bien conectados a sus vecinos.
[17] La planificación energética se puede realizar mediante diferentes programas informáticos, para abarcar distintos períodos de tiempo y con diferentes resoluciones (es decir, divisiones de tiempo o espacio pequeñas, medianas o grandes).
Existen diferentes tipos de programas informáticos para planificación energéticaː comerciales, de código abierto, educativos, gratuitos y utilizados por los gobiernos (estos últimos, a menudo, diseñados a medida).
Para eliminar la dependencia de los combustibles fósiles, se requiere que toda la electricidad sea generada por fuentes renovables.
[19] Estados Unidos y muchos otros países todavía dependen en gran medida de los combustibles fósiles.
Para la descarbonización se tendrían que construir más centrales de energía renovable, como las eólicas, solares o hidroeléctricas.
Un estudio realizado por la Universidad de Princeton encontró que las ubicaciones con mayor potencial renovable se encuentran en el Medio Oeste.
El almacenamiento seguro de residuos radiactivos es caro,[24] problemático y genera una fuerte contestación social.
[25] El apoyo público a la energía nuclear es una consideración importante cuando se realiza la planificación energética.
Sin embargo una minoría cree necesario construir más centrales nucleares, porque consideran que el peligro del cambio climático es mucho mayor que el peligro nuclear (esta es una disyuntiva falsa, porque se puede combatir el calentamiento mundial sin recurrir a la energía nuclear).