Las Siete Villas carece de castros poblacionales, así como de referencias de textos romanos que sitúen a los pelendones en la comarca; área que podría estar controlada por los Autrigones o quizá, mejor, por los Berones desde sus ciudades en la cuenca del Ebro, por ejemplo Tritium Magallum (actual Tricio), situada en misma cuenca del rio Najerilla.
[9] Vivir fundamentalmente de la ganadería en el Sistema Ibérico en ese periodo pare imposible dado que esto no podría realizarse ni hoy en día si no fuera por las fuertes subvenciones que recibe el sector.
Solamente durante el periodo de La Mesta se dio una base ganadera en el área y para ello fue necesario practicar la trashumancia, sistema económico en el que los ganados estaban sólo 4-5 meses en la zona -durante el verano-, y el resto del año en el sur peninsular.
La dura climatología del área durante gran parte del año impedía tanto la existencia de pasto suficiente para el ganado (debido a las heladas), como el acceso a los pastos por el ganado (nieve y hielo cubriendo el terreno).
El estudio de los "castros" de la zona alto Iregua que se había especulado con que podrían pertenecer al pueblo pelendón, ha dado un resultado contrario: no se han encontrado castros celtibéricos en el alto Iregua.
Se sitúan en lugares estratégicos protegidos por la naturaleza y defendidos por una muralla, un foso o piedras hincadas.
Creían en la inmortalidad, abandonándolos en los campos de batalla para que los buitres los llevasen al cielo.