Pedro Gross

No conoció a su padre y perdió a su madre, Adela Gros (Modista y Joyera) que murió por un prolongado cáncer de pecho cuando él tenía 10 años, dejándolo huérfano en medio de una profunda pobreza, a cargo de sus hermanos menores Antonio Gros y su hermana.

Con Josefina Agramunt nace su segunda hija Delia (Dalilah) que fue una niña prodigio de la danza española, que se convirtió a la danza árabe y fue la más importante artista del género en los años 60 y 70.

En el cuadro defiende la necesidad de cambio frente a los males que cada vez más acecharán al planeta: la devastación y el cambio climático, la niñez desamparada y explotada, la intolerancia, la corrupción política, los nacionalismos, los populismos, la automatización.

Se casó en Colombia con Ana Suárez 1968 y tuvo dos hijos Jaime Gross en Bogotá, Colombia y Ana Helena Gross en San José de Costa Rica.

Durante el periplo por las Américas de 1957 a 1998, su obra suscitó intensas reacciones en contra y a favor, como la amistad con el gran estadista Costarricense Pepe Figueres y la primera dama Karen Olsen, también con los presidentes de Colombia Alberto Lleras Camargo y Carlos Lleras Restrepo.

Fueron destacados también los atentados contra su vida en San Salvador 1977, por hacer el monumento póstumo al sacerdote Rutilio Grande, asesinado por los escuadrones de la muerte.

Los Monaguillos, 1948 Alegoría
La primera dama de Costa Rica Karen Olsen y Pedro Gross en la inauguración de la exposición del Infierno del Mundo en el Banco Central de Panamá.
Pedro Gross y la escultura en homenaje al mártir Rutilio Grande. Monumento dinamitado por los escuadrones de la muerte