Dinásticos (políticos, partidos y gobiernos dinásticos, militares dinásticos, clérigos y católicos dinásticos, intelectuales, artistas y poetas dinásticos, etc.)[2] es la denominación con la que se designa en la historia contemporánea de España a los partidarios de la rama dinástica reinante durante casi todo el periodo entre 1833 y 1931 (a excepción del sexenio democrático, 1868-1874): la rama isabelina de la Casa de Borbón; por oposición a los no dinásticos, fueran monárquicos, republicanos o pertenecientes a grupos para los que la forma política del Estado en su jefatura era una cuestión secundaria (el movimiento obrero y los nacionalismos periféricos).[3] Los grupos políticos dinásticos que les sustentaron fueron, durante el reinado de Isabel II, los moderados y los progresistas (cuyo acceso al poder dependía de los pronunciamientos militares a cargo de sus respectivos espadones: Espartero, Narváez, O'Donnell); y durante la Restauración los conservadores de Cánovas y los liberales de Sagasta.En el segundo periodo, la facción política que durante la Segunda República Española (con Alfonso XIII en el exilio) propugnaba la vuelta a la monarquía.[4] A partir de la Segunda República Española, la Guerra Civil y el Franquismo la denominación de dinásticos se convirtió en un término políticamente obsoleto.También se especuló con la posibilidad de que Franco fuera a cambiar su elección en favor de Alfonso de Borbón, casado con su nieta Carmen, que tenía sus propios partidarios dentro del régimen.
Un gobierno
no dinástico
: el provisional de 1869, tras la revolución de 1868, que se hizo al grito
Abajo la raza espuria de los Borbones
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