Sirvió además como campo de fusilamiento y castigo entre los siglos XVI e inicios del XX, por lo que hasta la década de 1920 aún se podía encontrar allí una picota en la que tradicionalmente se colgaba y castigaba a los criminales.[3] Por orden del presidente Gabriel García Moreno se convirtió también en sitio de sepultura para disidentes, excomulgados y protestantes.[4] Sin embargo, el nombre de «El Ejido» siempre permaneció en la cultura popular, y por ello fue cambiado por este un par de décadas más tarde, y así se lo conoce hasta la actualidad.[3] Cada fin de semana se instala una gran galería al aire libre en la que se exhiben y comercializan obras de arte y artesanías a lo largo del bulevar que existe sobre la avenida Patria.[1] También existen zonas dedicadas a los juegos infantiles como toboganes, columpios, balancines y escaleras chinas.
Uno de los varios senderos que atraviesan el parque.