[1] En 1869, Gabriel García Moreno había asumido la presidencia interina del Ecuador.
En agosto, la idea sería aprobada con la mayoría legislativa afín al garcianismo.
Reed subcontrató al famoso arquitecto preciado Franz Schmidt para que colaborase con él.
Tras la muerte del presidente, en la cárcel era nombrado en la asistencia que tomaban los guías penitenciarios, como burla y respeto, los presos gritaban “presente”.
Se prohibió el castigo físico, pero este continuaría siendo utilizado según fuentes, en especial para los presos políticos.
Se implantó una rutina de actividades obligatorias que incluía aspectos básicos tales como el comer, dormir y distraerse; iniciando esto a las 5h00 y terminando a la 18h00.
[2] Carlos Arroyo del Río puso en esta cárcel a cientos de sus opositores.
José María Plácido Caamaño hijo y Federico Páez también encarcelaron a sus adversarios políticos.
Estuvieron detenidos los comandos de Taura que realizaron una revuelta contra la persecución al General Frank Vargas Pazzos.
[4] En esta cárcel se creó una lujosa celda para el narcotraficante Óscar Caranqui, localizada en el pabellón A y que contaba con luz brillante, una cama de una plaza y media, lujosos acabados, televisión plasma, un microondas, una nevera, muebles de madera envueltos en espejos, vasos, copas y licores importados de un alto valor económico.
[8] Creado en forma de panóptico, con un estilo neoclásico utilitarista, e inspirada en la parisina Prisión de la Santé, con la entonces moderna planta edificable del sistema carcelario europeo, creada en 1791 por el filósofo inglés Jeremy Bentham.
Su arquitecto Thomas Reed planeó una arquitectura característica pero sencilla, evitando los adornos innecesarios; y una estructura debía ser sólida y robusta, excluyéndose el uso de adobe, que era una técnica constructiva local.