Juan Fernando Hermosa
[1] y fue llevado al poco tiempo a Clemente Baquerizo en la ciudad de Babahoyo, Los Ríos cuando fue adoptado por Rafael Olivo Hermosa Fonseca y Zoila Amada Suárez Mejía, quienes lo llevaron a vivir en un populoso barrio al norte de Quito.[1] Una semana después, Hermosa acudió con otros miembros de su pandilla con los que estuvo libando, a una peluquería donde usualmente arreglaba su cabello, a cargo del travesti Charlie, al sur de la ciudad.[1] La madre de Hermosa murió durante el enfrentamiento en escena, impactada por once proyectiles, y Hermosa fue apresado luego de 15 minutos, sin recibir ni un rasguño mientras intentaba escapar por la ventana posterior.[1][2] Un contingente de 15 agentes trasladó a Hermosa al penal García Moreno esa misma mañana, donde se sorprendieron al comprobar que se trataba de un menor de edad, al declarar sus primeras palabras: “Quiero dejar en claro que mi nombre es Juan Fernando Hermosa Suárez y que el 28 de febrero cumplo 16 años”.[1][2] Sin embargo ya se había convertido en un líder dentro de la cárcel de menores en los primeros dieciséis meses, y logró que su novia Yadira ingresara una pistola con la que asesinó con cinco disparos a un policía que intentó detenerlo cuando intentaba fugarse junto a diez jóvenes en 1993.Empezó a vivir de la venta de joyas robadas pero estando en un país nuevo en el que también lo estaban buscando, hacia que no pudiera seguir robando tan fácil como lo hacia en Ecuador así que al poco tiempo fue encontrado y el, cansado de pasar hambre, se entregó.