Luego de que Pons renunció, entregó el poder a una junta militar encabezada por el inspector general Benigno Andrade Flores, quien rechazó el cargo y los militares decidieron encargarle el mando supremo a Páez.
Fundó la Caja del Seguro Social de Empleados Privados y Obreros en 1936, lo que sería hoy el IESS.
Promulgó la Ley Orgánica del Trabajo, que reguló la huelga, establecía salario mínimo; reformó al Código Civil en relación con los hijos y madres ilegítimas otorgándoles beneficios en lo que corresponde a herencias y pensiones; coordinó el trasladó del conflicto limítrofe con Perú a Washington, para que ejerza como mediador para lograr una resolución pacífica.
Fuente:[1] Teniendo una saludable popularidad en 1937, gracias a las renovadas relaciones con la Iglesia Católica y la repatriación del Hermano Miguel, convocó a una Asamblea Constituyente en 1937, al considerar que el país debía volver al régimen legal y constitucional, la cual tuvo muy poca afluencia en el día de las elecciones, sin la participación del partido conservador y socialista, como rechazo a las pretensiones de Páez de mantenerse en el poder.
En la primera sesión la Asamblea, compuesta principalmente por liberales partidarios de Páez y funcionarios públicos, lo eligió Presidente Constitucional Interino, teniendo intenciones de ser electo Presidente Constitucional, por lo que como primer acto amnistió a todos los presos y exiliados políticos, pero al no lograr pacificar el país, la Asamblea Constituyente le otorgó poderes extraordinarios, conformando un gabinete compuesto en su mayoría por militares, lo cual causó malestar en un sector de las Fuerzas Armadas por sus pretensiones dictatoriales, por lo que fue derrocado por su Ministro de Defensa Alberto Enríquez Gallo, el cual asumió como Jefe Supremo y disolvió la Asamblea Constituyente.