[1] Su obra se considera la superación del modernismo y la iniciación de las vanguardias en su país.
Juntos tuvieron un hijo, Abelardo y se esforzaron por darle la mejor educación posible, dadas las posibilidades que tenía Abraham como administrador de hacienda.
Se casaría con Carmen Amelia Baca Andrade y juntos tendrían a Jorge.
Con otros dos jóvenes igualmente dotados; Gonzalo Escudero y Augusto Arias, formó el grupo literario "La Idea".
Durante sus últimos años en Ecuador fue secretario general del partido socialista Ecuatoriano por un año (1927-1928).
A su retorno ejerció la función pública, posteriormente fue designado Ministro de Relaciones Exteriores.
[1] En 1938 mientras estaba en Europa escribió un poema titulado “Carta al General Miaja” que trataba sobre la guerra civil española.
El viaje sería extenso puesto que lo harían a través de Estados Unidos.
Tomando en cuenta la coyuntura política y los escenarios dentro de la Segunda Guerra Mundial regresó a Ecuador.
Carrera Andrade durante un homenaje que le ofrecieron sus amigos en París afirmaría que "La poesía es el ejercicio más soberano de la libertad individual" y se describiría como un modesto "cronista del cosmos".
El poema que da título al libro insiste en esta línea de impresiones metafóricas ligadas a la tierra.
[2] En 1940 escribió Microgramas obra en la cual adaptó el estilo de la poesía Haikú al español, usando como temática, la fauna, flora y folclore ecuatoriano, donde también se demuestra una gran influencia del poeta Haikú Matsuo Bashō.
Concluye su análisis con la que considera la cuarta hermana exótica de los microgramas, el Haikai, también conocido como Haikú.
De todas estas fuentes, eran en realidad, para Carrera Andrade, caminos hacia el poema sintético y la expresión quintaesenciada.
[15] Es una obra que se extiende por más de una década en la vida del autor, lo que nos permite ver su evolución estética a lo largo de sus poemas que llenan 326 páginas y se despliegan a lo largo y ancho del mundo durante su dilatada carrera diplomática para registrar las cosas, viajes y espíritu.
Es un libro que, como diría Carrera Andrade en su poema "Filosofía del humo": una cosa con ventanas al campo y ocultos corredores; el postigo cerrado aguarda, para abrirse, el rose de una mano.
En este libro contaría desde su perspectiva cómo veía el mundo en sus distintas etapas de la vida y por cada viaje que hizo.
Con sus diarios de viaje proveería el contexto subjetivo para su poesía y con sus autobiografías materializaría lo que había afirmado antes, que "La poesía es el ejercicio más soberano de la libertad individual".
[18] Además en 1939 publicó la Guía de la joven poesía ecuatoriana donde critica a varios autores jóvenes con el fin de impulsar su obra, se encuentra en la lista Gonzalo Escudero, Remigio Romero y Cordero, José Rumazo González, José Alfredo Llerena, entre otros.
Alfredo Poveda Burbano le otorgó la máxima presea a las letras ecuatorianas: el Premio Nacional de Cultura Eugenio Espejo.
En el año 2003 a propósito del centenario de su nacimiento se colocó una placa en París, ciudad que tanto influyó en su poesía.
Además rescató el rol de Carrera Andrade apoyando la república durante la guerra civil española.
[23] Carrera Andrade afirmaría en "Mi vida en poemas" el rol que tenían los objetos en su obra, así como la relación con el resto del canon literario:[12] Entre las obras de Carrera Andrade se encuentran las siguientes publicaciones:[24][25][26]