Estos tratamientos para el desarrollo personal del paciente son crónicos y se mantienes durante toda la vida.
La parálisis cerebral es un desorden del cerebro inmaduro que principalmente compromete la función motora (E Bleck, 1992).
Dependiendo de la localización y magnitud de la lesión, se pueden observar espasmos o rigidez en los músculos, movimientos involuntarios o trastornos en la postura y el equilibrio; también se pueden presentar manifestaciones asociadas en el área cognitivas, del comportamiento, disritmia cerebral (epilepsia) y disfunciones visuales, que desempeñan un papel muy importante en el grado de funcionalidad infantil.
La parálisis cerebral no tiene una única causa, su etiología es múltiple, abarcando desde trastornos de desarrollo hasta alteraciones adquiridas en el cerebro inmaduro.
Podemos establecer distintas clasificaciones basándonos en: Según donde se localice la lesión cerebral se clasifican en las siguientes: Según la distribución del trastorno neuromuscular o el criterio clasificatorio de topografía, que indica cual es la parte del cuerpo afectada, podemos distinguir entre: Hay varias escalas para valorar el nivel de funcionalidad de los pacientes con parálisis cerebral.
Si bien la bibliografía de cabecera denomina a los trastornos neuromusculares con el sufijo "plejia", no constituyen verdaderas parálisis, ya que en realidad se halla una debilidad de la fuerza por disminución en la conducción del impulso nervioso a placa motora, generando paresia muscular.
No todos estos trastornos tienen que darse en todos los casos, ni de forma simultánea En muchos casos, se desconoce la causa de la parálisis cerebral y, en consecuencia, no puede hacerse nada para prevenirla.
Actualmente, la intolerancia de Rh por lo general puede prevenirse aplicando a las mujeres Rh- negativo embarazadas la terapia adecuada.
Las lesiones en la cabeza del bebé son una causa importante de parálisis cerebral en los primeros meses de vida y, las cuales, pueden evitarse transportando a los bebés en sillas especiales que se fijan al asiento trasero del auto.
El médico también llevará una historia clínica detallada para descartar que los síntomas obedezcan a otros trastornos.
En algunos casos, estas pruebas pueden ayudar a identificar la causa de la parálisis cerebral.
En términos generales el tratamiento incluye 4 elementos básicos: Las técnicas de neuroimagen han revolucionado el campo médico, debido a que son técnicas no invasivas que nos permiten estudiar de fondo los procesos fisiológicos sin alterar sus funciones, observando su comportamiento en tiempo real y permitiendo un mejor entendimiento de las diferentes afecciones que aquejan al ser humano.
[2][3][4] Una posible explicación podría ser que una reacción cruzada entre dichos anticuerpos y el tejido nervioso provoque lesiones cerebrales, en ausencia de daño intestinal (sin enfermedad celíaca asociada).
[3] Si bien la espasticidad en niños con parálisis cerebral importante aumenta su necesidad de nutrientes, varios factores adicionales pueden empeorar su estado nutricional, tales como dificultades de deglución, reflujo gastroesofágico, vómitos, retraso en el vaciado del estómago, estreñimiento y rechazo a comer por el dolor constante.
halló que el 20 % de los niños con enfermedad celíaca presentaba lesiones en el cerebro, comprobadas mediante resonancia magnética.