Al profesional en psicomotricidad se lo conoce como psicomotricista, quien puede trabajar en tres ámbitos: sanitario (clínico), educativo y socio-comunitario.Todos los signos psicomotores responden a desregulaciones tónicas sin correlato neurológico o intelectual.El vocablo «psicomotricidad» constituye en sí mismo, partiendo por su análisis lingüístico, un constructo dual que se corresponde con la dualidad cartesiana mente-cuerpo.Una definición consensuada en el primer Congreso Europeo de Psicomotricistas en Alemania (1996) ha llegado a la siguiente formulación: Los infantes a través de sus acciones corporales: como jugar, saltar, manipular objetos, etc. consiguen situarse en el mundo y adquieren intuitivamente los aprendizajes necesarios para desarrollarse en la escuela y en la vida.De esta forma lúdica y casi sin enterarse trabajan conceptos relativos al espacio (arriba/abajo, delante/detrás, derecha/izquierda,…), al tiempo (rapidez, ritmo, duración,…), destrezas motrices necesarias para el equilibrio, la vista, la relación entre otros niños, etc. Con los siguientes efectos sobre la mejor capacitación y emergencia de la escritura, la lectura y las matemáticas, indispensables hoy en día para el éxito académico.La estimulación psicomotriz acuática es útil cuando el bebé necesita vivenciar motrizmente sus capacidades de movimiento.El psicólogo e investigador francés Henri Wallon remarcó la psicomotricidad como la conexión entre lo psíquico y lo motriz.[1] Una clasificación de las escuelas y tendencias en la educación psicomotriz ha sido propuesta por la investigadora Soledad Ballesteros.Al material se le podría clasificar en dos grandes bandos por su cualidad y simbología.El dispositivo de la sesión se divide en dos espacios y tres tiempos con materiales distintos.Aquí se para el cuerpo y sus acciones por las representaciones en forma de dibujos, construcciones, etc.Esto les servirá para compartir las novedades que han sucedido en su vida e intercambiar un momento de diálogo con sus compañeros.En la historia o cuento se vivirán tres momentos: la introducción a la historia y presentación de los personajes, el momento cúspide donde se desarrolla la situación de tensión, y la resolución del conflicto.Al niño esto le encanta y piden una y otra vez que se les cuente el mismo cuento e incluso se adelantan a los sucesos provocándoles este hecho gran placer.Durante este proceso los niños serán capaces de vivir una omnipotencia mágica incluso identificarse con los personajes.Para ello, el niño usa materiales que le permiten retomar las imágenes mentales construidas en la actividad motora y expresarlas por medio del dibujo o de la construcción.Según la edad, se pueden abrir diferentes espacios de representación, dejando así libertad a los niños para escoger.En educación preescolar, donde se definen tres etapas: También es posible la intervención en adolescentes, adultos y 3.ª edad con necesidades educativas especiales o como técnica de apoyo en contextos de rehabilitación y salud mental.