Bernard Aucouturier comenzó a trabajar en Lyon como profesor de educación física, pero comprobó rápidamente que no le interesa esta profesión, demasiado orientada hacia el deporte.
En 1976, Italia abrió una escuela de formación, a la que se sumaron España, Portugal, Bélgica y Alemania.
((Ecole Internationale Aucouturier) en la cual desarrolla actividades como docente, profesor y formador de la PPA en Francia, Bélgica, Italia, España, Portugal, Argentina, Canadá (Quebec), México, Perú, Chile y África del Sur.
La práctica psicomotriz Aucouturier puede ser ejercida solo por especialistas reconocidos por la EIA.
La práctica psicomotriz educativa y preventiva que propone Aucouturier, acompaña las actividades lúdicas de los niños.
El psicomotricista propone una práctica psicomotriz encaminada a que el niño vaya adquiriendo autonomía y se convierta en un niño/a abierto, capaz de hacer frente a los miedos.
La psicomotricidad que propone Aucouturier es la vivencia en primera persona, lo que les ayudará a conocer sus límites y posibilidades con total libertad de expresión de sus deseos.
La psicomotricidad invita a comprender todo lo que expresa el niño de sí mismo por la vía motriz; invita a comprender el sentido de las conductas personales.
La comunicación es una necesidad absoluta, vital y una demanda constante por parte del niño/a.
Según Aucouturier (2004), el niño que es capaz de comunicarse no tiene grandes problemas afectivos, le gusta comunicarse con sus iguales y con los adultos que lo rodean; se siente reconocido y tiene su lugar.
Debemos tener en cuenta, que no todos los niños tienen el mismo grado de creatividad, y por lo tanto, aquellos que presenten más dificultades, deberán recibir la ayuda del adulto; dar un clima de seguridad afectiva en el que puedan expresarse libre y progresivamente para reconciliarse con aquellas experiencias más o menos dolorosas.
En un primer momento, el niño coge, tira, reúne, separa, elige ... y esto lo hace mientras piensa.
La acción psicomotriz desarrolla las actitudes mentales, es decir, ayuda al niño a crear asociaciones de acciones en su mente para comprender mejor y llegar a controlar los hechos que viva.
La práctica se hace a través de una sesión tipo en la cual la disposición de los materiales en el espacio siempre es la misma para que los niños puedan adquirir una seguridad y una confianza suficientemente estable como para poder ir más allá en sus posibilidades sensoriomotrices y en su construcción simbólica.
Evidentemente hay posibilidad de excepciones y es posible introducir otros materiales según las necesidades del propio grupo.