[3] Se pueden encontrar representantes de cada suborden existente en todos los continentes excepto en la Antártida.
Su posición filogenética dentro de los arácnidos es discutida; sus parientes más cercanos pueden ser los ácaros (Acari) o los Novogenuata (los Escorpiones, Pseudoescorpiones y Solifugae).
Las patas son largas, a veces desmesuradamente, pudiendo cubrir un diámetro de hasta 12 cm.
Los ojos simples, relativamente grandes, se insertan a ambos lados de una protuberancia colocada en lo alto del prosoma.
La respiración es traqueal, con un par de espiráculos en posición ventral del prosoma y, en algunos casos, en las tibias.
La excreción se produce por glándulas coxales (las coxas son los artejos basales de las patas).
Esta cuenta con un ovipositor, un órgano protráctil que extiende para poner los huevos.
En algunas especies los machos cuidan a la hembra luego del coito, mientras que otros defienden el territorio.
Los opiliones necesitan de entre cuatro a ocho estados ninfales para alcanzar la madurez, siendo lo más común seis.
Son frecuentes en hábitats escondidos, como cuevas, troncos huecos o los ojos de los puentes.
En su lugar, ingieren pequeñas partículas de su alimento, lo que les hace vulnerables a parásitos internos como gregarinas.
A excepción de las pequeñas especies fosoriales del suborden Cyphophthalmi, en las que los machos depositan un espermatóforo, el apareamiento consiste en la cópula directa.
Las hembras almacenan el esperma, que es aflagelado e inmóvil, en la punta de su ovipositor.
[2][1][14][15] La familia Stygophalangiidae (1 especie, Stygophalangium karamani, en aguas subterráneas en Macedonia del Norte) a veces es clasificada en Phalangioidea, pero no es un opilión.