Ver el texto Los solífugos (Solifugae), también llamados arañas camello son un orden de arácnidos relativamente grandes, presentes en todos los países tropicales[2].
La longevidad es limitada, un año, probablemente como consecuencia de una elevada tasa metabólica, necesaria para su comportamiento "frenético".
Casi todos los solifugos tienen un color corporal de amarillo a marrón, que se debe principalmente al pelo del cuerpo.
De acuerdo con el modelo más común en los arácnidos, el cuerpo está dividido en dos regiones, un prosoma (o cefalotórax), y un opistosoma (abdomen).
La parte delantera del tórax de la cabeza está claramente elevada, como ocurre en las arañas reales.
Debajo del cristalino hay una fina capa de células llamada hipodermis corneal.
[4]: p73 Muchos arácnidos tienen pequeños ojos de abeja u ocelli, pero éstos están ausentes o muy degenerados en las arañas rodadoras.
Esto probablemente les permite ver a los depredadores que se acercan sólo desde arriba, como aves.
Este mecanismo también se conoce, por ejemplo, en las abejas melíferas, que les permite volver a encontrar su nido.
El prosoma es proporcionalmente pequeño y no forma un caparazón como en las arañas o escorpiones, sino que sus segmentos están articulados flexiblemente.
Sirven para la manipulación de la presa a la vez que como órganos táctiles.
Se distribuyen por las regiones áridas, principalmente tropicales, de todos los continentes, salvo Australia.
Hay unas mil cien especies catalogadas, repartidas entre doce familias:[5] Los solifugos viven en zonas cálidas, secas y preferentemente desérticas.
Se encuentran en todos los continentes excepto Antártida y Australia (incluida Nueva Zelanda).
[10] Sin embargo, no se encuentra ninguna especie en la región del Amazonas, incluyendo a lo largo de la costa.
[12]: p61 En Europa se conocen dieciocho especies diferentes, que representan a cuatro familias.
Se conocen además un fósil del Cretácico de Brasil, asignado a la familia Ceromidae, actualmente presente solo en África meridional y la península Ibérica, y otro del Paleógeno dominicano, conservado en ámbar.