La sede episcopal está en la iglesia catedral de la Santa e Indivisa Trinidad, antigua colegiata elevada al rango catedralicio en 1133.
Poco se sabe del siguiente obispo, Bernard, y después de su muerte, que ocurrió hacia 1186, la sede estuvo vacante un largo periodo, durante el cual la diócesis estuvo administrada por otro Bernardo, el arzobispo de Ragusa.
El siguiente obispo fue Walter Malclerk, antiguo agente del rey Juan y figura destacada durante el reinado de Enrique III.
Benefactor de las órdenes mendicantes, acogió en su diócesis a dominicos y franciscanos.
En esta época se construyó un nuevo coro para la catedral que fue destruido por el gran incendio de 1292.
Su mayor logro fue la conclusión del vitral oriental, de extraordinario valor tanto por su belleza intrínseca como por marcar la transición entre la antigua tracería y el nuevo estilo gótico perpendicular.
Bernard Gilpin fue designado sucesor de Oglethorpe pero renunció sin llegar a tomar posesión del cargo.