Buen salvaje

Por otro lado, las diversas confesiones del cristianismo, tanto en su variable católica o protestante, sostienen que todos los individuos se hallan sujetos al pecado original y necesitan de la divinidad, lo cual torna inaceptable la idea del "hombre bueno por naturaleza".

La teoría del buen salvaje ha sido cuestionada[10]​ por numerosos antropólogos y etnógrafos contemporáneos de prestigio contrastado, como el neozelandés Derek Freeman.

En la encendida disputa intervino también la norteamericana Elisabeth Marshal Thomas[13]​[14]​ a favor del mito, siendo asimismo cuestionada[15]​ por la comunidad científica, tanto en sus métodos como en sus tesis.

En la obra "In War Before Civilization: the Myth of the Peaceful Savage" de 1996, el arqueólogo estadounidense Lawrence H. Keeley rechazaba también la noción del "buen salvaje" sosteniendo que -según evidencia arqueológica- la violencia guerrera para apropiarse de recursos ajenos (tierras, ganado, esclavos) ha sido una práctica bastante extendida en las primeras sociedades humanas.

También en la obra "The Culture Cult: Designer Tribalism and Other Essays" el antropólogo neozelandés Roger Sandall rechazó la idea del "buen salvaje" alegando que tal creencia toma como base a un "primitivismo romantizado" que trata de mantener a pueblos indígenas en un estilo de vida primitivo para satisfacer pretensiones políticas o comerciales.

En 2013 la polémica seguía vigente, como demuestra el revuelo[16]​ organizado por la publicación del libro The World Until Yesterday del escritor y biogeógrafo Jared Diamond, atacado por antropólogos y organizaciones indigenistas, a raíz de su presentación de una imagen donde tribus tradicionales, ya en el siglo XXI, resuelven conflictos enfrentándose violentamente entre sí.

Pintura sobre el buen salvaje "La muerte de Wolfe", Benjamin West, 1770.