En una carta al militar Friedrich von Wessing que llevaba consigo el chico, se había escrito igualmente este nombre.
[1] Su estado mental era tal que levantó el interés de juristas, teólogos y pedagogos que llevaron a cabo multitud de ensayos para enseñarle a hablar, leer y escribir.
Además se determinó que la mancha de sangre del primer análisis no pertenecía a Kaspar Hauser.
[1] La hipótesis más reciente añade otra variante a las especulaciones ya existentes.
A esto apunta un mensaje encontrado en una botella y escrito presuntamente por otro encarcelado, diciendo "...mi escondrijo se encuentra bajo tierra y es desconocido incluso a él que le han robado el trono".
Se trataría en este caso del trono de Francia (aunque un hijo ilegítimo no hubiera tenido derecho a ocuparlo como emperador) o del gran ducado de Baden.
Aquí se descubrió, en 1924, por azar una habitación escondida que concuerda con la descripción dada por Kaspar Hauser.
[cita requerida] También se conoce como síndrome de Kaspar Hauser el que se produce si los niños crecen durante mucho tiempo sin afecto paterno o incluso sin el contacto con otras personas.