En historias posteriores se cuentan otras aventuras que lleva a cabo, varias veces descubriendo civilizaciones perdidas.
Los argumentos son a veces repetitivos, incidiendo en la naturaleza heroica e invencible del protagonista, y con una construcción estilística similar.
Dicha cercanía con la transgresión volvió a surgir con el personaje de Jane, mujer también blanca con la que convive inicialmente y contrae matrimonio después.
Curiosamente, o quizá no tanto, es más transgresor el relato escrito que su aparición posterior en el campo de la imagen.
Una interpretación mantiene que Tarzán es la encarnación moderna de la antigua tradición literaria del «héroe criado por animales».
Según este mito, las personas que viven aisladas y en la naturaleza no se ven contaminadas por la civilización; así el muchacho puede desarrollar todos sus cualidades físicas gracias a vivir en dicho entorno, algo que un mundo civilizado impediría.
[3][4] Esta idea de los blancos como seres destinados a reinar sobre los demás estaba plenamente vigente antes, durante y después del siglo XIX.
Una visión parecida seguiría el artista belga Herge cuando dibujó a Tintín en 1930, quien es llevado en olor de multitudes por el Congo y caza sin cesar; es necesario reseñar que incluso el propio autor se disculpó por dicho relato, especialmente ante la crueldad mostrada con los animales a los que mata incluso con explosivos.
El exnadador olímpico Johnny Weissmüller fue durante doce adaptaciones el protagonista de esta franquicia, iniciada en 1932 con la producción Tarzán el hombre mono, apareciendo el, desde aquel momento, inconfundible grito.[n.
Solo en 1959, con la cinta La más grande aventura de Tarzán, protagonizada por Gordon Scott, el personaje vuelve a ser el refinado hablante inglés.
Le siguió, cuatro años más tarde, Jungle Tales of Tarzan (1976), integrando técnicas que no se habían intentado antes como imaginería espacial oculta o negativa con temas de color inspirados en Goethe, para lograr una descripción visual armoniosa.
[15] A principios del siglo XXI, el personaje ha seguido apareciendo en la TV estadounidense y de otros países.
Han existido también diversas parodias del personaje, en diferentes formatos como pueden ser las tiras cómicas impresas, las series de animación televisadas o las películas.
[20] Siguiendo la tendencia explicada por el suplemento español varios personajes femeninos aparecieron desarrollando roles similares al del Rey de los Monos.