Neoegipcio es un estilo artístico historicista, especialmente arquitectónico, que utiliza los elementos, motivos e imaginería del arte egipcio antiguo, habitualmente de forma desvirtuada y mezclada con otros (eclecticismo).
El descubrimiento por Howard Carter de la tumba de Tutankamón en 1922 supuso una revitalización del neoegipcio que casó muy bien con las características del estilo art déco y se extendió por todo el siglo XX, especialmente en artes decorativas (artes decorativas neoegipcias).
Esta reutilización barroca de los obeliscos fue imitada en 1717 por Edward Lovett Pearce en el mausoleo de la familia Allen (Stillorgan), a partir del cual se erigieron varios obeliscos en Irlanda a comienzos del siglo XVIII (Belan -County Kildare-, Dangan -County Meath-, Casteltown Folly -County Kildare-).
En su exterior se muestran grandes cabezas hatóricas, un friso y otros elementos más sutiles de influencia egipcia.
Un ejemplo bien documentado, destruido tras la caída de Napoleón, fue el monumento al general Louis Desaix en la Place des Victoires (1810).
Probablemente, el más notable fue el Washington Monument, comenzado en 1848, obelisco cuyo diseño original incluía unas puertas de estilo egipcio, posteriormente eliminadas.