Nabis de Esparta

Sin embargo, al ver que la guerra no iba bien para Filipo, cambió de nuevo sus alianzas, realineándose con Roma.

Sucedió al tirano Macánidas, derrotado en 207 a. C. por Filopemen de Megalópolis, como tutor del joven rey Pélope, y tras la casi inmediata muerte de este, que la tradición le achacó, se hizo proclamar único rey.

[4]​ Su situación fue un tanto irregular, pues Nabis no respetó la tradicional diarquía espartana y la legitimidad de su título fue puesta en duda.

Nabis reivindicó esa legitimidad, especialmente en sus monedas, y rechazó la calificación de tirano en un discurso dirigido a Flaminino que le atribuía Tito Livio.

[8]​ Polibio menciona incluso una rocambolesca estratagema sobre un maniquí asesino modelado para semejarse a la reina.

[9]​ Continuó con las reformas iniciadas por Agis IV y Cleómenes III, pero con una radicalidad mucho mayor, que llevó a una verdadera revolución social: arrebató a las clases elevadas sus propiedades y las repartió entre el pueblo llano, abolió las deudas.

Nabis se aplicó de inmediato a restaurar el poderío militar y la hegemonía espartana, empezando por crear una marina,[13]​ realizando donaciones al santuario de Delos y construyendo las primeras murallas en Esparta.

[14]​ En cuestiones de política interna, convocaba a la asamblea del pueblo, pero hacía que sus mercenarios la vigilaran.

Sin embargo, al ver que la guerra no iba bien para Filipo, cambió de nuevo sus alianzas, realineándose con Roma, que lo reconoció como rey, y como amigo y aliado del pueblo romano.

[33]​ De todas formas, seguía conservando una pequeña porción del territorio laconio, que le permitía el acceso al mar.

Mapa de Grecia y del mar Egeo a comienzos de la segunda guerra macedónica .