Tito Quincio Flaminino (en latín: Titus Quinctius Flamininus; 228 a. C.-174 a. C.) fue un político y militar de la República romana.
Los tribunos cedieron, y T. Quincio Flaminino fue elegido cónsul para el año 198 a. C., junto con Sexto Elio Peto.
Estos últimos, huyeron con gran consternación hacia Tesalia: 2.000 hombres se perdieron, y su campamento quedó en manos de los romanos.
Flaminino, ante esta resistencia, entró en la Fócida, hecho que le permitió comunicarse con la flota bajo el mando de su hermano Lucio, pero Elatea, que estaba fuertemente fortificada, ofreció una valiente resistencia, y durante un tiempo detuvo el avance del cónsul.
Los primeros llegaron, pero las puertas no se abrieron hasta que Flaminino arribó y tomó posesión de la ciudad.
Esto parece haber sido la primera causa del malestar de los etolios hacia los romanos.
Su ejército, que había sido reforzado por aqueos y otros auxiliares, se incrementó en las Termópilas por un número considerable de etolios.
Cuando esto se supo, estalló un ardiente odio hacia los romanos, cuyo ejército estaba estacionado en los alrededores de Elatea en Fócida.
Todos los romanos, que viajaban a través de Beocia, fueron asesinados y sus cuerpos quedaron insepultos en las carreteras.
Los aqueos recibieron todas las posesiones macedonias en el Peloponeso, y, como un favor especial hacia Atenas, Flaminino extendió sus dominios también.
Nabis, aunque su ejército era inferior a la de sus oponentes, hizo los preparativos para una defensa más vigorosa.
La caída inesperada de este lugar convenció a Nabis que no podía resistir mucho tiempo más y pidió la paz.
Tito llegó con Nabis a un acuerdo parecido al alcanzado con Filipo: se le permitió seguir reinando en Esparta, para así garantizar el equilibrio de poder entre el rey espartano y los aqueos, que eran aliados de Roma.
Acuñó una moneda conmemorativa de oro, con su propia efigie y regresó a Roma para celebrar el triunfo con una pompa desconocida hasta entonces, que duró tres días.
Pero como el peligro que amenazaba Gitión requería una acción rápida, la guerra contra Nabis se decretó.
Flaminino asistió al congreso en Egio, en el que los sirios y los delegados de la Liga Etolia también se presentaron.
Los etolios, como de costumbre, lanzaron diversas invectivas contra los romanos, y ataques personales contra Flaminino y exigían que los aqueos debían permanecer neutrales, pero Flaminino, ahora unido con Filopemen, se opuso a este consejo.
Mientras el cónsul Manio Acilio Glabrión estaba sitiando Naupacto, Flaminino llegó al campamento romano y, tan pronto como los etolios lo vieron, le imploraron su protección.
En 190 a. C. Flaminino regresó a Roma y fue nombrado censor el año siguiente con Marco Claudio Marcelo.
Mientras el senado maniobraba para sustituir a Perseo (primogénito de Filipo), por Demetrio -también hijo del rey, pero de tendencias prorromanas- como príncipe heredero, Flaminino urdió una trama para que Demetrio sustituyera a su padre en el trono.
Parece que murió durante o poco antes de 174 a. C., pues su hijo celebró ese año unos juegos fúnebres en su honor.