Museo de las Aves de México

La visita a la exhibición consta de cinco salas distribuidas por temas, que le permiten al visitante conocer acerca de la avifauna así como del rol natural que desempeñan estos organismos.

Cuenta entre sus atractivos con su antigua capilla convertida ahora en auditorio, el cual sirve a la comunidad para presentar conciertos, conferencias, exposiciones culturales de diversos tipos, y también se facilita para ciertos eventos sociales, contando además con un amplio estacionamiento privado.

Originalmente fue construida por los jesuitas para ocupar la dirección y las áreas administrativas del Colegio de San Juan Nepomuceno.

En esta sala el visitante conocerá dónde viven las aves en nuestro país, es decir, en qué tipos de ecosistemas las podemos encontrar.

El visitante conocerá a las aves que se han adaptado a vivir en costas y mares tales como pelícanos, fragatas, gaviotas, albatros y cormoranes, entre otras aves marinas.

En él se encuentran arbustos de altura inferior a los 4 metros, así como variantes de matorrales; en algunas partes predominan plantas suculentas y con hojas gruesas, mientras que en otras las plantas tienen hojas muy pequeñas o tienen espinas.

Tiene lluvias, neblina y humedad atmosférica altas durante todo el año, por lo que también se le conoce como bosque de niebla o selva nublada.

Las marismas (del latín maritima, "(orillas) del mar") son los terrenos bajos y pantanosos "que inundan las aguas del mar",[1]​ lugares donde desembocan los ríos con su agua dulce y se juntan con el agua salada de los mares, lo cual forma un ecosistema rico en vegetación propicia y clima atractivo para algunas aves.

También hay aves viajeras, como el colibrí garganta rubí (Archilochus colubris), que cruza el golfo de México en una sola noche, viajando alrededor de 1000 km; o el Zarapito Ganga quien puede viajar año con año hasta 22 mil kilómetros en su viaje de ida y vuelta durante su migración.

Este desarrollo diferencial depende en gran medida de la función que cumplen; por ejemplo, para alimentarse, zopilotes como el aura común han desarrollado el sentido del olfato para detectar a los animales muertos de los que se alimentan.

Sin embargo, aves como las cigüeñas, los zopilotes y los pelícanos solo pueden producir sonidos mecánicos con su pico y/o con sus alas.

Parte del canto es innato, ya que pueden producir sonidos característicos de su especie desde muy temprana edad.

Ayudados por su poderoso oído, estas enigmáticas aves ayudan a controlar las poblaciones de insectos y roedores, por lo que se les considera el mejor control biológico de plagas en la naturaleza.

Su presencia en nuestra Institución no es fortuita ha sido esfuerzo de muchas personas cuyos conocimientos, destrezas y habilidades han logrado arrancar de la extinción a ésta singular especie, la más grande ave voladora existente en Norteamérica.

Su distribución histórica abarcaba las praderas y planicies norteñas en Norteamérica hasta el centro de México, lugar donde invernaba.

Esta población poco a poco se ha ido recuperando gracias a estrictas medidas legales y esfuerzos internacionales que incluyen su reproducción con la ayuda de padres adoptivos silvestres o criados en cautiverio pero sobre todo la protección del hábitat reproductivo y migratorio.

Estacionalidad La riqueza avifaunística está conformada no solo por las especies residentes de aves y endémicas sino también aquellas que tienen comportamientos migratorios.

Una sala cuyo silencio parece exigirnos a gritos una tregua a tanta destrucción y daño a la naturaleza, sitio que se convierte por diseño propio en reservorio de pensamientos de esperanza y fe hacia la propia humanidad, lugar de encuentro y partida para los buenos deseos, nadie ama lo que desconoce.

El búho manchado es una especie enorme que vive en bosques maduros de coníferas; su distribución abarca los Estados Unidos y México, donde también se reproduce.

Se presenta principalmente en la Sierra Madre Occidental, aunque existen reportes de esta especie en la parte noreste del país.

El vireo gorra negra es un ave pequeña presente en México y comparte su distribución con los Estados Unidos o viceversa; se le puede encontrar mientras descansa a lo largo del territorio nacional durante la migración y durante su reproducción en el noreste de México.

La cotorra serrana oriental es un ave muy local en las montañas de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

Debido a la selección artificial que ha sufrido esta especie, hoy en día se puede encontrar en cautiverios.

La población silvestre anida en grandes árboles y desafortunadamente está en peligro de extinción.

Desafortunadamente la conversión de su hábitat original por cultivos como el maíz, café y árboles frutales son su principal amenaza, por lo que se encuentra en peligro de extinción, según la Norma Oficial NOM-ECOL-059-2010.

El Colibrí Tijereta Mexicano tiene en México dos poblaciones, una en Veracruz y otra en la península de Yucatán.

¿Te imaginas la bandera mexicana sin la representación del Águila Real debido a que se extinguió en nuestro país?

Al ser disecada en ciertas poses se puede transferir mensajes claros sobre sus colores, formas y tamaños.

Y es que en un museo de historia natural –como el nuestro- los ejemplares tienen una importancia fundamental en el mensaje hacia nuestros visitantes, de allí que el arreglo y poses naturales que encuentras en cada uno de nuestros especímenes te permiten, junto con la museografía adecuada, sentirte en los ambientes naturales donde ocurren estas especies, la experiencia que vives te hace viajar al sitio, sintiéndote parte de la naturaleza misma del diorama.

Para fomentar entre los niños y jóvenes el conocimiento e interés por las aves, especialmente de esta región, el Museo de las Aves desarrolla un importante programa dirigido a los estudiantes del nivel básico.

Una de las hermosas vistas del jardín.
Vestíbulo principal
Vestíbulo
Águila Real en sala 5