Mollete

La primera mención al mollete se encuentra ya en el Diccionario latino-español de 1492, en el cual Nebrija los define como: «cualquier pan que fuese esponjoso y muelle ('tierno')».

Silvia Mayra Gómez Fariñas relata, existen diferentes tipos de molletes en Cuba, aparte del melenero, que sin embargo están perdiendo tradición y quedando como un recuerdo de la gastronomía antigua cubana.

[8]​[9]​ El mollete dulce se puede elaborar con mamey colorado, y también con plátano, piña o coco.

En cuanto al origen de los molletes españoles, los historiadores gastronómicos se dividen en dos teorías principales.

Los molletes son un platillo con base de bolillo tostado y varios ingredientes salados o dulces.

En ciertos restaurantes, adicionalmente, se lo sirve con tocino, jamón, salchicha, chorizo o pico de gallo.

En la Comarca Lagunera se acostumbra servirlos con un guiso de los que se preparan para rellenar las gorditas, que pueden ser papas en salsa verde, papas en salsa roja, huevo con chile, rajas, milanesa, chicharrón prensado, asado verde y rojo, carne deshebrada, chorizo, barbacoa, o bien, al natural (frijoles y queso gratinado).

En el resto del país se ha hecho popular su consumo debido a su introducción por restaurantes y al ser fácil de preparar.

Generalmente, este pan se prepara en familia, en hornos artesanales; una bella costumbre en la región de Cajamarca que se va dejando poco a poco y ha derivado en versiones más comerciales en esta región.

Un mollete de Archidona servido con aceite de oliva .
Mollete hondureño, similar a las torrijas, pero relleno.