Al presuponer la cambiabilidad de los objetos considerados como mercancías, estos son intercambiables pese a ser distintos.
A pesar de lo que pueda devenir en la práctica, dentro del concepto mismo se supone una coherencia en la intercambiabilidad.
Dicho en otras palabras, el valor se origina en la producción, no en la circulación.
Esto no agradó a muchos liberales, ya que si esta teoría sostiene que el valor se origina en el trabajo, también sugiere que la ganancia de los capitalista no se basa en ningún aporte concreto al valor de las mercancías, ya que no trabajan, solo invierten (y los valores de dicha inversión, a su vez, estarían basados en trabajo ajeno).
Más tarde los marginalistas, también llamados economistas neoclásicos, criticarían esta teoría del valor trabajo, contraponiéndole la teoría del valor subjetivo o valor utilidad, también llamada teoría de la utilidad marginal, aunque el debate continuó abierto mucho más tiempo, especialmente debido a las contribuciones de los sraffianos.
Actualmente la teoría del valor trabajo es sostenida, fundamentalmente, solo por el marxismo y otras corrientes socialistas y anticapitalistas, mientras que los economistas liberales, tanto ortodoxos como heterodoxos, coinciden en reivindicar la teoría del valor utilidad.
Marx desestima esta última, a la que considera en su mayor parte ideológica, no científica.
En El Capital, trata a los marginalistas como «economistas vulgares», «ideólogos de la burguesía», y no les da mayor importancia, mientras sostiene que la economía política sí se dedicó a analizar las relaciones reales («concatenaciones internas») tras la mercancía, y lo logró en su mayor parte, pero nunca las llegó a explicar: Karl Marx se había basado en la teoría del valor trabajo para sus obras, de las cuales la más importante es El capital, donde, como dice el subtítulo de la obra, establece una «crítica de la economía política».
Nótese que el valor de cambio existe de forma ideal en la mercancía (existe porque su intención o ideal es ser intercambiada), y es realizado al efectuarse el intercambio.
Las mercancías que fueron utilizadas a lo largo de la historia como dinero son muy variadas.
Por ejemplo, cabezas de ganado, trigo, metales preciosos, yerba mate y papel moneda.
El precio es la cantidad de dinero por el que se intercambia una mercancía, por ejemplo, 1 televisor = 90 dólares.