El McDonnell Douglas T-45 Goshawk es una versión muy modificada del reactor de entrenamiento basado en tierra británico BAE Systems Hawk.
El T-45 Goshawk tiene sus orígenes en la mitad de los años 70, época en la que la Armada estadounidense comenzó formalmente a buscar un nuevo entrenador a reacción para servir como reemplazo único para sus entrenadores T-2 Buckeye y TA-4J Skyhawk.
[2] Durante 1978 fue lanzado formalmente el programa de entrenador avanzado VTX-TS por la Armada estadounidense para cubrir esta necesidad.
Un equipo anglo-estadounidense, formado por el fabricante británico British Aerospace (BAe) y la compañía estadounidense McDonnell Douglas (MDC), decidió presentar su propuesta de una versión navalizada del entrenador basado en tierra BAE Systems Hawk.
Otros fabricantes también presentaron sus apuestas, como un equipo rival formado por la compañía francesa Dassault Aviation, el fabricante alemán Dornier y la compañía estadounidense Lockheed, que ofrecieron su Alpha Jet para cubrir el requerimiento.
[2] Para su propuesta, MDC era el contratista principal y el integrador de sistemas, BAe funcionaba como principal subcontratista y socio del elemento avión, Rolls-Royce proporcionaba el motor Adour para propulsar al avión, y Sperry era el principal subcontratista del sistema del simulador.
Boeing (que se había fusionado con McDonnell Douglas durante 1997) realizaría la fabricación de los elementos restantes del Goshawk, así como el ensamblaje del modelo en una línea de producción en San Luis (Misuri), tras haber transferido los trabajos del programa desde las instalaciones de la compañía en Long Beach (California).
El Goshawk retuvo la típica planta motriz usada por el Hawk, el motor a reacción turbofan Rolls-Royce Adour.
[5] Por esa época, la Armada estaba muy interesada en adoptar potencialmente otra planta motriz para el Goshawk, el motor turbofan F124 de la International Turbine Engine Company.
[8] A finales de 2006, la compañía promocionó el concepto de una variante avanzada del T-45C Goshawk para Grecia, enfatizando su cercana compatibilidad con el entrenador Beechcraft T-6 Texan II ya operado por el país.
En 2010, se informó que la Armada estadounidense había participado en las evaluaciones de la iniciativa, conocida como programa T-X, y había estado considerando los méritos de adoptar el mismo avión para cubrir sus requerimientos a largo plazo, para finalmente reemplazar así mismo al Goshawk.
El Hawk no había sido diseñado originalmente para realizar operaciones embarcadas; por ello, se requirieron numerosas modificaciones para producir un avión adecuado a tal uso, como un extenso reforzamiento de la célula, necesario para soportar las excesivas fuerzas impuestas por las tensiones relacionadas con los lanzamientos desde catapulta y aterrizajes con alto régimen de descenso, ambos escenarios rutinarios en las operaciones desde un portaaviones.