18»Porque ha venido Juan, que no come ni bebe, y dicen: «Tiene un demonio».Porque si en Sodoma hubieran sido realizados los milagros que se han obrado en ti, perduraría hasta hoy.Este capítulo puede agruparse (con referencias cruzadas a los otros evangelios): La Nueva Biblia del rey Jacobo organiza este capítulo de la siguiente manera: Los versículos 2 a 6 se refieren a la pregunta de Juan el Bautista sobre Jesús, transmitida por sus mensajeros.Los versículos 7 a 19 relatan la evaluación que Jesús hace del ministerio de Juan.Algunas traducciones utilizan palabras descriptivas para referirse al Mesías esperado: "el que ha de venir" (English Standard Version, New Heart English Bible), o "el que esperamos" (Living Bible), mientras que otras traducciones presentan en griego ο ερχομενος, ho erchomenos, como un título: "el Esperado" (New American Standard Bible), "el Venidero" (Weymouth New Testament, Nueva Biblia del rey Jacobo).Durante su ministerio público Jesús predicó con frecuencia en ellas e hizo muchos milagros.Tiro y Sidón, dos ciudades de Fenicia, junto con Sodoma y Gomorra —todas ellas conocidas por sus vicios—, eran ejemplos típicos entre los judíos para referirse al castigo de Dios por sus pecados.Con estas citas Jesús resalta la ingratitud de las personas que pudieron haberle conocido, pero no se convirtieron: en el día del Juicio se les pedirá más grave cuenta.[5] Frente a Lucas, que cita estas frases como un lamento de Jesús, Mateo enfatiza el tono de reproche peo señala que siempre queda un momento para la conversión,El pasaje se ha denominado en alguna ocasión la «joya de los evangelios sinópticos», porque recoge la oración de Jesús, que llama Padre a Dios, porque se nos presenta como el que conoce a Dios y que todo lo ha recibido de Él, y porque es quien lo revela a los hombres, si lo recibimos con humildad."Venid a mí" (en griego: δεῦτε πρός με, deute pros me): también en Mateo 4:19, donde el δεῦτε ὀπίσω μου, deute opiso mou, se traduce a menudo como "seguidme".Con esta expresión se designa en el Antiguo Testamento a la persona paciente, que desiste de la cólera y del enojo, y que pone su confianza en Dios.Desde que Juan el Bautista anunció a Cristo, los poderes del infierno han multiplicado su asalto, que se durará a lo largo del tiempo de la Iglesia.La situación descrita por Jesús puede ser ésta: los jefes y una parte del pueblo judío esperaban el Reino de Dios como algo merecido, como una herencia, y estaban confiados en sus méritos de raza; sin embargo, otros, los esforzados —literalmente, los salteadores—, se apoderarán de él como al asalto, por la fuerza, en lucha contra los enemigos del alma.